El 25 de mayo, está íntimamente relacionado con las luchas por la libertad, por la independencia, por los derechos de los hombres y mujeres de este continente.
A partir de las
invasiones inglesas en, 1806 y 1807, los criollos habían aprendido que España
no tenía el poder suficiente para dominar y proteger sus colonias. Por otra
parte habían comenzado a formar regimientos armados para evitar el avance
invasor.
Otro hecho
sustantivo, fue la avanzada de Napoleón sobre el Reino de España y la
consecuente prisión de Fernando VII.
En 1809, la acción revolucionaria americana se inicia
en Chuquisaca (ayer Alto Perú, hoy Bolivia) con el llamado “Primer Grito
Libertario de América”. Es cierto que previo hubo muchos gritos, en particular
de los pueblos originarios como la rebelión de Tupac Amarú. Sin embargo la
revuelta liderada por Juan Antonio Álvarez de Arenales ha sabido nutrirse de
esas luchas previas y alcanzar el fuego revolucionario con la expulsión del
presidente de la Real Audiencia, el español Ramón García Pizarro.
Un año después, 1810, el calor del fuego iniciado
en Chuquisaca prendió en la cuenca del Río de la Plata, en el puerto de Santa
María de los Buenos Ayres. Los revolucionarios, agrupados en el cabildo de esta
ciudad, protagonizan lo que se llama la “Revolución de Mayo”. Los patriotas
levantan la bandera de la unidad americana ante el dominio extranjero. Mariano
Moreno, Manuel Belgrano, Juan José Castelli y tantos otros son las voces
revolucionarias que 204 años después aún resuenan.
Un pueblo
que se une y se organiza puede conseguir lo que quiere...
Como los
patriotas de aquel 25 de Mayo, conocedores de la realidad y de las
problemáticas sociales... ¿No será éste un buen momento para que, imitando a
los forjadores de nuestra Patria, tomemos la posta y comencemos a luchar por lo
que consideramos justo?
Y
retomando las palabras de Mariano Moreno “...El pueblo no debe contentarse con
que seamos justos, sino que debe tratar de que lo seamos ferozmente. Por que
defender lo de todos es defender lo nuestro...”
En
nuestras manos se encuentra la posibilidad de seguir haciendo de esta ciudad y
de este país, un lugar con acervo histórico y cultural.
Nuestro
deseo, que el trabajo, la salud, la educación y la justicia sean un derecho y
una realidad para todos.
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