Anónimos y perversos


Nuevamente una agresión irracional, estremece a la ciudad y la región; ni más ni menos que el ataque de un símbolo de la demarcación de los sitios donde opero el terrorismo de Estado.
El vil hecho,  de acatar la carteleria, que resalta un gesto de Verdad, Memoria y Justicia, y ser atravesada por varios disparos; nos remonta al paralelismo, de los años oscuros atropello ejercida desde el Estado.
Los anónimos de siempre operan en las penumbras,  realizan acciones que violentan a la ciudadanía; y aplican las actitudes que nadie avala en una sociedad democrática.
Esos personajes, son aquellos que aplaudían desde bambalinas los ataques a gobiernos institucionales, seguro son los mismos que se regodeaban, ante los discursos de los dictadores de turno; y que reniegan de la vida en democracia. 
El máximo rechazo a los autores intelectuales  e ideológicos, de aplicar disparos indiscriminadamente  sobre elementos del espacio público;  y aparándose anónimamente sobre sucesos vandálicos.
Quienes se acostumbran al estado de derecho, reiteran los procederes del estado de facto.


 

Nieto 106: Pablo Javier Gaona Miranda

La titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, confirmó la restitución del nieto nacido el 13 de abril de 1978 y secuestrado el 14 de mayo de ese mismo año junto a sus padres, Ricardo Gaona Paiva y de María Rosa Miranda.

Durante el anuncio, Carlotto contó que Pablo "fue entregado por un coronel retirado, quien fue nombrado como su padrino tras entregarle el niño a un primo". En 2001, Gaona Miranda comenzo a sospechar de su identidad, pero en 2008 manifestó sus dudas a la mujer que lo crió, quien le confirmó que era hijo de desaparecidos. "Pablo se animó hace un mes a conocer su verdadera identidad y a encontrarse con una abuela que siemrpe lo esperó", relató la titular de Abuelas.


En el comunicado de prensa, las "Abuelas de Plaza de Mayo anuncia con inmensa alegría la restitución de la identidad de Pablo Javier Gaona Miranda, otro de nuestros nietos robados por el terrorismo de Estado, secuestrado junto con sus padres el 14 de mayo de 1978 cuando tenía solamente un mes de vida."

"El 29 de junio último, Pablo Javier se acercó a Abuelas con dudas sobre su origen y fue recibido en el área de Presentación Espontánea de nuestra Asociación. Frente a los indicios de que podría tratarse de uno de nuestros nietos, fue derivado de inmediato a la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (Conadi) para que se le realizara el correspondiente examen de ADN", explica el texto.
Por lo que confirma que "los resultados del análisis efectuado en el Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG) acreditaron su verdadera filiación y hoy, después de 34 años, finalmente fue liberado de la mentira."

Ricardo consiguió trabajo como portero de un edificio en el centro porteño y allí se mudaron con María Rosa, que pronto quedó embarazada. El 13 de abril de 1978 en el Hospital Rivadavia nació Pablo Javier. María Rosa Miranda también era militante del ERP. Nacida en la provincia de Tucumán el 10 de noviembre de 1949, sus amigos le decían "Mery". En la militancia a ella los compañeros la llamaban "Silvia" y a él "Jorge" o "Paraguayo".

El 14 de mayo de 1978 la familia salió de su domicilio en la ciudad de Buenos Aires y se dirigió a Villa Martelli, a la casa de los padres de Ricardo, en donde se reunieron para celebrar el aniversario de la independencia de Paraguay. Se despidieron y nunca más se supo de ellos.




Por último, las Abuelas resaltaron luego de cumplirse 35 años de búsqueda,"la lucha sigue siendo tan desesperada como al principio; con el agravante de que el tiempo se nos acaba pero el recambio generacional está asegurado". Y remarcaron la importancia de que "la justicia haya demostrado que los nietos fueron víctimas de un Plan sistemático de robo de bebés, que fue posible por los militares pero también por la anuencia de la sociedad, que hoy nos acompaña y nos puede ayudar a encontrar a los nietos que faltan".

Cuando dispararon contra Mariano, nos dispararon a todos…



La distancia física del territorio, nos separa, pero nuestra lucha nos une…



Hace algunas horas, a unos 800 km, se puso en marcha la etapa final, del mecanismo judicial; con el objetivo de castigar a los criminales de la represión de Avellaneda, que en octubre de 2010, tuvo varios heridos, y el asesinato de Mariano; quien se adiciono a la nomina de más de 20 luchadores sociales asesinados, en democracia.

Recordar su compromiso, es homenajear su lucha, exigir juicio a los responsables de su muerte, es levantar las banderas de los derechos colectivos. Y las banderas, por supuesto, de todos los trabajadores del país que, consciente del riego laboral en empresas tercerizadas,  le ponen el cuerpo al sueño, del trabajo digno, para mejorar su realidad social.

“Mariano se convirtió en emblema de una juventud que milita, que lucha y que se compromete en cuerpo y alma, por los derechos de cada ciudadano; pero para muchos personajes de status quo, esto es imperdonable, ellos necesitan sostener un amplio nivel de desigualdad, para favorecer su manejo discrecional de negociados.

Para los 17 imputados, todo el peso de la ley, y el máximo castigo, cárcel efectiva, para los responsables por acción u omisión, y por el fin de la impunidad.

  Cuando dispararon contra Mariano, nos dispararon a todos…


Frente a la impunidad Exigimos:

ü  Juicios y castigo, prisión efectiva a los autores materiales, e ideológicos 

ü  Reclusión Perpetua para  José Pedraza y su  sequito de violentos, asociados en una patota.

ü  Castigo a la liberalización de zonas o represión policial

ü  Libertad sindical y de agremiación

ü  No a la criminalización de la Protesta

ü  Trabajo digno y remuneración adecuada, para tod@s los trabadores

ü  Basta de crímenes políticos



“Nos manifestamos en contra de la represión salvaje, como respuesta a demandas legítimas y absolutamente justas como son los reclamos labores, por mejores salarios y condiciones laborales, para el conjunto de los trabajadores de nuestro país”.