"La cigarra y la hormiga... otras disquisiciones "


por María Amelia Irastorza

La realidad sociopolítica argentina está muy bien representada en la fábula de “La cigarra y la hormiga”. Allí, la hormiga -mientras trabaja incansablemente durante el verano para guardar para el invierno-  sufre la burla y las críticas de la cigarra quien aprovecha el buen tiempo para disfrutar. Pero el verano llega a su fin...

...“Cantó la cigarra durante todo el verano, retozó y descansó, y se ufanó de su arte, y al llegar el invierno se encontró sin nada: ni una mosca, ni un gusano.
Fue entonces a llorar su hambre a la hormiga vecina, pidiéndole que le prestara de su grano hasta la llegada de la próxima estación.

Mas la hormiga le preguntó a la cigarra:
- ¿Qué hacías tú cuando el tiempo era cálido y bello?
- Cantaba noche y día libremente -- respondió la despreocupada cigarra.
- ¿Conque cantabas? ¡Me gusta tu frescura! Pues entonces ponte ahora a bailar, amiga mía.”
Jean de la Fontaine

En estos tiempos difíciles en los que el derroche y la imprevisibilidad de los gobernantes se hace visible, rodeados de estadísticas inventadas para que “los números cierren”, agobiados por impuestos y por el desparpajo con el que los “elegidos por el Pueblo” regalan el dinero que no les pertenece a aquellos que los aplauden, surge la tentación de expresiones como: “¡te lo dije!”
En épocas de “vacas gordas”, hay quienes ven las cosas con anticipación y saben que lo que ocurre es desacertado, aún cuando quienes los rodean los tratan de locos, los silban.  Y a pesar de ello, estos “impopulares” son los que generalmente terminan pagando las cuentas de quienes no supieron guardar. Sin duda, no es fácil objetar cuando la marea va hacia el lado contrario. 
Se necesita valentía para compensar la sordera de los tontos y el oportunismo de los vivos, por lo que la única posibilidad es confiar en que el tiempo dirá….

Y como el derroche no puede durar para siempre, cuando madura la crisis, seguramente los buenos ciudadanos intentan recoger los platos rotos y salen a organizar ollas populares para los que recibían subsidios para que se manifestaran pero no trabajaran. Mientras tanto, los académicos que explicaban los modelos sagrados y los dirigentes populares que saludaban desde las tarimas y, de ser posible, desde los balcones, hacen un prudente silencio o bien echan la culpa hacia otro lado, a la espera de que el sol vuelva a calentar y ellos puedan tomar el avión de regreso. La vida está llena de oportunidades.
No es fácil seguir levantándose temprano mientras otros sólo trabajan desde una foto; seguir cosechando sabiendo que el 80% se lo llevará el Estado, o, mejor dicho, los “okupas” del Estado. Y, probablemente, todo esto se vuelve más insoportable cuando estos veraneantes (estas verdaderas cigarras) demonizan a quien, inevitablemente, paga el precio de la fiesta.

Y aunque nos enseñaron que está mal sentir rencor, resulta tentador no invitar a estos charlatanes de feria a que, ya que somos tan imprescindibles y malignos, prescindan del agro y se animen a ALIMENTAR al amado pueblo mediante bicicletas financieras, estampillas de correo con los logros del Gobierno, y remeras de la juventud maravillosa. La verdad es que si me preguntan con quien me quedaría en una isla desierta elegiría un agricultor, y no a un dirigente nacional y popular.
Pero, claro, mientras que en Australia hay calcomanías que rezan “Agradezca a un agricultor por su próxima comida”, en nuestro país parece ser que los agricultores son desestabilizadores y golpistas, aunque ya no sé bien qué significan estos términos porque también nos han reinventado el lenguaje para vaciarlo de sentido –igual que a los bolsillos.
Se han cansado de robar.
Han logrado tergiversar las palabras.
Han mentido con las estadísticas.
Han generado división y discordia.
Han propiciado la vagancia.
Aún así, lo único que pareciera estar mal es decir esto en voz alta.
Sin embargo, poco bien nos hace pensarnos como víctimas, ya que desde muchas instituciones y desde muchas actitudes personales hemos avalado y propiciado lo que hoy ocurre. Tenemos el mal hábito de rasgarnos las vestiduras… mientras aprovechamos la ocasión e intentamos hacer un “negocito” o lograr algún puesto, algún reconocimiento o, simplemente, alguna foto junto a los amigos del poder. Eso sí, ni hablemos de sentirnos responsables… Cada uno hace lo que le conviene, y así nos va.

Los pueblos tienen los dirigentes que se merecen. Sería infantil decir que el Pueblo es bueno y que vota con buena intención pero luego que los votados son malos.
El Pueblo no es más un conjunto de individuos, muchos de los cuales son tan ventajeros y oportunistas como sus representantes, quienes no llegan a los cargos por casualidad. Tenemos presidentes de instituciones reconocidas que están en su silla a los efectos de hacer negocios personales, rodeados de séquitos de incompetentes que no quieren meterse en problemas y avalan con su actitud los desaguisados que critican. Ni mencionar que, a la hora de quedar bien con el poderoso de turno, organizaciones intermedias, en las que incluyo las sindicales, que deberían ser independientes de lo partidario, se regodean en apoyar públicamente al poderoso de turno. Y, una vez más, así nos va…
Por eso, amigos, como en “la cigarra y la hormiga”, ya que “cantamos y bailamos” durante el verano, ahora que ya pasó... nos toca bailar...
Mucha suerte, para todos y todas.

La hormiga y la cigarra.


La hormiga trabaja a brazo partido todo el verano bajo un calor aplastante. Construye su casa y se aprovisiona de víveres para el invierno. La cigarra piensa que la hormiga es tonta y se pasa el verano riendo, bailando y jugando. Cuando llega el invierno, la hormiga se refugia en su casita donde tiene todo lo que le hace falta hasta la primavera. La cigarra tiritando, sin comida y sin cobijo,..muere de frío
Moralejas:

  • El trabajo y el ahorro son la fuente de riqueza.
  • Nadie se debe preocupar de su futuro, si actua bien en el presente.
  • Quien no trabaja en el presente, no come en el futuro.

Paulo Freire: Escuela y TIC

Por Mario Morant * y Gerardo Alzamora **


La metodología de Paulo Freire resultó inédita: la enseñanza partía de la propia situación de marginalidad y opresión de los educandos, suponiendo –acertadamente– que si se tomaba conciencia de la situación de explotación que vivían, se alfabetizarían más rápidamente y, sobre todo, eso les ayudaría a enfrentar la opresión de manera más efectiva. Una metodología de enseñanza útil para la alfabetización, y una pedagogía que, como tal, comprendería también una filosofía sobre el ser humano y la sociedad.
Freire fue desarrollando la idea de que el oprimido debía dejar de serlo sin volverse opresor, aunque sí debía recuperar su palabra y dejar de lado la palabra ajena, a la que lo condenaba una enseñanza tradicional vertical de arriba hacia abajo, que suponía que el maestro era el único que sabía y su saber debía ser transmitido o trasplantado al alumno. Llamó a esa enseñanza tradicional “bancaria”, y generó la idea de una enseñanza horizontal, en la que maestro y alumno emprenden la búsqueda de los conocimientos desde los que ya poseen, en forma dialógica, es decir, a través de un diálogo donde se crucen las experiencias de vida de ambos.

En el inicio del siglo XXI no sólo nos encontramos con las dificultades que nos presenta la relación Educación y Comunicación y Escuela-Medios Masivos. También aparece una situación inédita en cuanto al caudal de información que alumnos y maestros conllevan, con la amenaza de una posible renovación de la verticalidad en el proceso de enseñanza, esta vez de abajo hacia arriba, donde las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) transgreden tanto lo metodológico como la “adquisición” de conocimientos.
Sin embargo, tenemos claro que ese torrente informativo carece de una brújula que apunte hacia el crecimiento sensorial-cognitivo de los chicos. Entonces, se vuelve fundamental comprender el espacio mediático y el manejo simbólico que implica, ya no como un obstáculo o antagonista en la labor educacional, sino para fomentar el espíritu crítico de los alumnos. Crítico en cuanto a los contenidos. Crítico en cuanto a las ideas y conocimientos. Crítico en cuanto a la masificación, el consumo y el mercado. Una renovación de la pedagogía de Freire, a la que se la definió como “crítica” porque establecía el hecho de no aceptar mansamente las enseñanzas supuestas, sino analizarlas y diseccionarlas hasta encontrar el verdadero sentido y el fin al que estaban destinadas. Para Freire era esencial al método, que la praxis acompañe a la reflexión. La una sin la otra hace que pierdan sentido las dos. Se trata de construir un mundo, no sólo de pensarlo o actuarlo con espontaneísmo y sin reflexión. En tiempos de hipertextos, Internet y redes sociales, las ideas de Freire continúan vigentes.
Con la escuela tratando de lidiar –en desigualdad de condiciones– con la televisión e Internet, entre otros dispositivos mediáticos, resulta vital hacernos cargo de sus influencias en el aprendizaje y en la sociedad. Tenemos que participar y confrontar con un modelo de dependencia cultural, e influir en nuestra sociedad y comunidad educativa, en dirección a construir espacios alternativos de comunicación, canales de distribución y mensajes que nos expresen con identidad propia, en una sociedad más justa. Así, la Pedagogía de la Esperanza de Freire es, más que en el sentido de la espera, en el sentido del Proyecto, y sirve para que los Pueblos Oprimidos generen críticamente una respuesta liberadora y constructora de otra sociedad sin opresores ni oprimidos.
* Secretario de Relaciones Internacionales de Sadop.
** Secretario de Comunicación y Prensa de Sadop.

Ante la ofensiva de los oligopolios, ¡estatizar el comercio exterior!

Por Atilio Boron

La Argentina enfrenta una grave crisis cuyas dos principales manifestaciones son la trepada del dólar –que refleja una peculiar anomalía argentina, porque esa moneda se está devaluando en todo el mundo, incluyendo por supuesto América Latina y el Caribe- y la resultante escalada inflacionaria que la insólita devaluación de la divisa estadounidense produce en la economía argentina.


 
 La devaluación del peso y el impulso inflacionario son, en realidad, dos caras de una misma moneda. Pero la gran paradoja es que desplome sufrido por el peso no guarda correspondencia con la situación imperante en la economía real. Esta no tiene la solidez y el dinamismo del período 2003-2008, pero está lejos de verse reflejada en los desquiciantes movimientos que se registran en el tipo de cambio. Veamos: la producción agropecuaria se mantiene en niveles comparativamente muy elevados, aun cuando la “sojización” de la agricultura plantea numerosos problemas (económicos, sociales y ecológicos) que no podemos examinar aquí; algunas ramas del sector industrial (automóviles, motocicletas, electrónicos diversos, etcétera) marcan nuevos records a pesar de las restricciones para la importación de algunos insumos cruciales; la gran minería prosigue su marcha, más allá de lo ocurrido con Pascua Lama producto de un fallo de la justicia chilena; la explotación de hidrocarburos, estimulada por las perspectivas de Vaca Muerta retoma un ritmo ascendente; los bancos y las entidades financieras registran significativas ganancias y según un reciente estudio de la CEPAL las exportaciones argentinas crecen por encima del promedio regional.


 
Si esto es así, ¿qué es lo que está ocurriendo? Más allá de abrir una discusión seria sobre “el modelo”, misma que no hicieron los economistas de la oposición adscriptos férreamente al neoliberalismo de los años noventa, ni tampoco los del oficialismo, para quienes lo único que había que hacer era “profundizar” un esquema económico cuyos límites, inconsistencias y deformaciones eran evidentes por lo menos desde el 2010 y acerca de los cuáles más de una vez nos referimos en nuestro blog. Pero más allá de esta necesaria discusión, decíamos, se impone actuar con urgencia sobre la coyuntura cortando de un tajo el nudo gordiano que está asfixiando a la economía argentina con la estampida del dólar y la peligrosa escalada inflacionaria. Para ello el estado deberá recuperar, sin más dilaciones, el control del comercio exterior, fuente insustituible de las divisas que necesita el país.
 
Es absurdo, y a estas alturas demencial, que cinco o seis grandes oligopolios manejen el grueso de la divisas que ingresan por la vía de las exportaciones agropecuarias. En una economía tan dolarizada como la Argentina, en donde los componentes importados afectan a casi todas, por no decir todas, las actividades económicas del país, dejar que la disponibilidad de dólares quede en manos de un puñado de oligopolios es un acto de soberana insensatez. En Chile, sin ir más lejos, los ingresos de su riqueza principal, el cobre, los controla exclusivamente el estado. En nuestro país, en cambio, un 80 por ciento de lo producido por las exportaciones cerealeras lo retienen grandes oligopolios transnacionales, y especialmente Cargill y Bunge, seguidos de cerca por Continental y Dreyfus; a su vez un par de grandes empresas controlan los ingresos que producen las exportaciones de manufacturas de origen agropecuario, principalmente aceite de soja; en la gran minería quienes lo hacen son las transnacionales del sector; y en el área de hidrocarburos (petróleo y gas) las propias empresas, con el agregado ahora de YPF pero sin perder de vista que ésta es una sociedad anónima y no una empresa del estado. Todas estas corporaciones están fuertemente articuladas con la banca extranjera, predominante en la Argentina, y mantienen fluidos contactos con los paraísos fiscales que proliferan sobre todo en el capitalismo desarrollado. En suma: un puñado de 100 empresas controlan aproximadamente el 80 por ciento del total de las exportaciones de la Argentina, y son ellas las que retienen los dólares que surgen de este comercio y que son requeridos por distintos sectores de la economía nacional.


 
De lo anterior se infiere una conclusión tan simple como contundente: quien controla la disponibilidad de dólares termina teniendo la capacidad de fijar su precio en el mercado local, especialmente ante un Banco Central debilitado y cuyas reservas cayeron de 52.190 millones de dólares en el 2010 a 28.700 millones de dólares al finalizar enero del 2014. Esta debilidad del BCRA le impide desbaratar las maniobras de la cúpula empresarial más concentrada, fuertemente orientada hacia los mercados internacionales, y para la cual el dólar “recontra alto” (uno de los pilares del menemismo) significa pingües ganancias porque desvaloriza el salario de los trabajadores y les permite alentar la carrera inflacionaria con la seguridad de que su disponibilidad de dólares la sitúa a refugio de cualquier contingencia. En consecuencia, el control de las divisas por parte de ese puñado de grandes oligopolios le permite ser el verdadero autor de las políticas económicas de un país tan dolarizado como la Argentina y, además, extorsionar a cualquier gobierno que no se someta a sus mandatos. Pueden aterrorizar a la población agitando el fantasma de la hiperinflación, que este país padeció a tan brutal costo en 1989 o el espectro del “corralito” de finales del 2001, y de ese modo desestabilizar a un gobierno que debe jugar partidas simultáneas de ajedrez (en el frente fiscal, tributario, monetario, cambiario, productivo) con enemigos que no sólo procuran derrotarlo en una puja puntual sino sobre todo derrocarlo. Y el gobierno actual comete el error de pensar que con concesiones varias podrá apaciguar el “instinto asesino”, como le llaman admirativamente los ideólogos neoliberales, de esos enormes conglomerados para las cuales la ganancia y el ganar -sobre todo el ganar, como recordaba Marx- es una verdadera religión cuyos preceptos son respetados escrupulosamente. Por ejemplo, el carácter sacrosanto de la propiedad privada y, por extraño que parezca, la convicción de que la lucha de clases es algo tan natural y omnipresente como el aire que respiramos, y libra esa batalla con todas sus fuerzas. Ante cada concesión de un gobierno satanizado como su enemigo la única respuesta que tiene es la de atacarlo con más ferocidad que antes, exigiendo, como Shylock a Antonio, más y más concesiones: ¡pague la deuda, acuda al CIADI, arregle con el Club de París, abra Vaca Muerta para empresas fugitivas de la justicia como Chevron, indemnice a Repsol, deje que la gran minería trabaje sin interferencias!, mientras persiste en su ataque en todos los frentes con el apoyo de la prensa hegemónica que maneja a su antojo. La crisis actual demuestra, de paso, lo ilusoria que fueron aquellas expectativas del kirchnerismo de crear una burguesía nacional, patriótica y solidaria con los intereses de las mayorías. Ya lo había dicho el Che, hace cincuenta años, y la historia le volvió a dar la razón por enésima vez: la burguesía nacional no existe.
 
Ahora bien: ¿cómo debería producirse la estatización del comercio exterior? Primero, no puede ser una medida aislada porque se necesita un enfoque integral que:
 
 (a) abarque a toda la cadena de comercialización del sistema agroalimentario, hoy controlado por las multinacionales, lo que debería rematar en la creación de una Junta Nacional Agroalimentaria, con las salvedades que plantearemos más abajo;
 
 (b) aumente las alícuotas impositivas a la gran propiedad rural e implemente un eficaz sistema de control que evite las sobre y sub facturaciones de las cerealeras, hoy cómplices necesarias de la corrida cambiaria; y, finalmente,
 
(c) que re-estatice los puertos del sistema de la Hidrovía Paraná-Paraguay, privatizados en los años noventa y que son las puertas de salida de gran parte de las exportaciones agropecuarias.


 
Estas medidas deben ser puestas en práctica con la mayor celeridad, porque el ritmo de la crisis no tolera dilaciones. Segundo, se requiere imaginación y experiencia práctica, porque no se trata de resucitar la antigua Junta Nacional de Granos o al Instituto Argentino para la Promoción del Intercambio, el IAPI de la época del primer peronismo, porque el capital ha creado nuevos instrumentos financieros (compraventa a futuro, swaps, derivativos, etcétera) y la tecnología importantes innovaciones, (como el silo bolsa, que independiza al productor del riesgo que se le arruine la cosecha) lo que le permite postergar su venta hasta que el precio sea aproxime a sus expectativas, todo lo cual torna más difícil el control del comercio exterior por parte de los gobiernos.
 
De lo anterior se desprende la necesidad de concebir una agencia estatal que regule a la totalidad del sistema agroalimentario del país, desde su origen hasta su comercialización minorista, algo bien diferente a la JNG o el IAPI. Tercero, y decisivo, esto solo será viable si se constituye un gran movimiento popular capaz de construir un instrumento político que respalde esas iniciativas y otras más encaminadas a redefinir por izquierda el rumbo de la economía argentina: la largamente demorada reforma tributaria y la elaboración de una efectiva política anti-inflacionaria que resguarde los ingresos de los asalariados, para comenzar.


 
 Una convocatoria popular sin sectarismos ni soberbias burocráticas; sin verticalismos ni verdades establecidas, porque de lo contrario la respuesta de las clases y capas populares será una mezcla de impotencia, miedo paralizante ante la clara percepción del escarmiento que se cierne sobre ellas y, en algunos casos, indiferencia, mezcla que mucho tuvo que ver con el funesto desenlace sufrido por los gobiernos peronistas en 1955 y en 1976. Una decisión tan crucial e impostergable como la estatización del comercio exterior, cualquiera que sea su forma legal y jurídica, es antes que nada un hecho político que no puede ser producido por un decreto o una resolución firmada por un funcionario instalado en las “alturas” del aparato estatal. Resta ver si el gobierno es consciente de la gravedad de la situación y decide actuar en consecuencia. La experiencia pasada no permite abrigar demasiadas expectativas pero, como tantas veces lo recordaran las Madres de Plaza de Mayo, no hay peor lucha que la que no se libra.
 

 
- Dr. Atilio Boron, director del Programa Latinoamericano de Educación a Distancia en Ciencias Sociales (PLED), Buenos Aires, Argentina. Premio Libertador al Pensamiento Crítico 2013. 

Un fallo que debe tranquilizar

Por Luis Varese

La Corte Internacional de La Haya ha emitido un fallo sopesado que en el marco del Derecho Internacional ha contribuido a enfriar malos nacionalismos y falsos patriotismos. Aquellos febriles, que en Chile ya pensaban en perseguir migrantes peruanos o prepararse para una guerra (para la cual están muy bien armados) por ahora no tienen excusa. Las 80 millas pegadas a la costa norte de Chile, garantizan la pesca artesanal y parte de la pesca de profundidad. La empresa Angelini, propietaria del monopolio de extracción y procesamiento de ese sector, se debe sentir bastante satisfecha de mantener el usufructo de esa parte del mar aunque no descartemos su posibilidad de agitar a pescadores de Arica en beneficio propio.
 

Según informó el Presidente Ollanta Humala, al Perú se le reconoce casi el 70% de lo requerido en la demanda y un espíritu de triunfo recorre el palacio de Gobierno en Lima, aunque los pescadores artesanales de Tacna hubieran preferido tener acceso a esas 80 millas que quedan en manos de la mega empresa chilena.
 
Ni grupos de grandes ganadores, ni grupos de grandes perdedores. Debe tomarse como un solo triunfo, el de sentar las bases para una paz que los pueblos deseamos duradera, sin temas limítrofes pendientes. Una contribución a fortalecer UNASUR y CELAC, si esa fuera la voluntad de ambos gobiernos.
 
Pierden los falsos patriotas que reclaman mar afuera y venden tierra adentro
 
Aquellos nacionalistas que quieren exaltar a los pueblos, mientras que venden la Patria al mejor postor extranjero y esto es válido para ambos países. Ese nacionalismo barato que se rasga las vestiduras y clama justicia, cuando lo que hace es entregar y concesionar el territorio nacional directamente a las empresas e inversionistas extranjeros (sean chilenos o no, en el caso del Perú) con retribuciones mínimas y beneficios precarios para ambos pueblos. Sea a través de los TLC o  concesiones directas, estos personajes siguen acumulando riquezas e hipotecando a sus países sin ningún pudor, profundizando las desigualdades y excluyendo aún más a los marginados, aunque maquillen cifras de disminución de pobreza.
 
Los vientos de la Espada de Bolívar aún no llegan a las decisiones del gobierno del Perú que sigue gobernado por las políticas neoliberales. Es de esperar que Bachelet se aproxime a UNASUR y se aleje del acuerdo Asia Pacífico, por lo menos en aquello que lo define como un eje ideológico del libre mercado.
 
Hoy en la CELAC hay la oportunidad de crear un espacio mayor que compita seriamente en el mundo contribuyendo de manera unificada, junto con los BRIC, en crear un nuevo orden económico mundial. La vocación de paz y la lucha contra el hambre y las desigualdades son el camino, pero solamente en la unidad regional se puede generar una verdadera diferencia. Si no avanzamos en esa ruta el riesgo de sufrir guerras fratricidas por límites territoriales o por demandas populares manipuladas, aparece como una amenaza real y en eso la derecha es eficaz y el Imperio ni se diga.


 
Este fallo de la Corte Internacional de Justicia, casi salomónico, contribuye para avanzar en el camino de la unidad. Luchemos ahora, por encontrar soluciones dignas para Bolivia y su reclamo de salida al mar y busquemos generar esa unidad en la diversidad, que a todos nos conviene, incluso, si fueran inteligentes, a los capitalistas más ambiciosos. Así alejaríamos en serio los tambores de guerra y las oportunidades de “revueltas” financiadas y armadas como se ha tratado de hacer en Venezuela o como se hace en Siria.
 

Luis Varese ha sido representante adjunto del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados en Ecuador y funcionario de la ONU por 20 años.



La devaluación del peso argentino

Por Julio C. Gambina

Hace un año el dólar se cotizaba a menos de $5. Hoy con la devaluación se necesitan $8 por dólar, convalidando un incremento del 60% en el precio de la divisa.
 

Hasta hace poco se sostenía que la política oficial no contemplaba devaluar la moneda nacional. Sin embargo, la aceleración de la depreciación monetaria se apresuró durante el 2013 y más aún sobre fines del año, especialmente con el cambio de autoridades en el Gabinete de Ministros y en la Presidencia del Banco Central en noviembre pasado.
 
El comienzo del 2014 evidenció un mayor nivel de depreciación monetaria, agudizada en esta semana con la deliberada retirada del Banco Central del mercado cambiario el miércoles 22/1, que apenas pudo sostener por un día, y ya el jueves 23/4 tuvo que vender 100 millones de dólares para bajar la cotización de los $8,40 por dólar a $7,75 por unidad de moneda estadounidense. El viernes 24/1 el precio de la divisa osciló por encima de los $8.
 
Complementariamente, el gobierno dispuso flexibilizar las restricciones a la compra de divisas para atesoramiento, lo que estaba prohibido hasta ahora, lo que podrá realizarse previa autorización de la AFIP, el ente de recaudación, con un adicional de 20% a cuenta del impuesto a las ganancias, que a la cotización del día, cada dólar se obtendrá contra $9,60.
 
Hasta aquí los hechos. Las incertidumbres a futuro continúan, especialmente el impacto sobre los precios, ya que la devaluación incide en la importación de insumos y bienes intermedios necesarios para la producción en el país, tal el caso de automotores o electrodomésticos entre otros, sin perjuicio de un conjunto de bienes y servicios que ajustan precios sobre costos dolarizados, e incluso expectativas.
 
Es un dato que las devaluaciones favorecen a los grandes productores y exportadores y de hecho, era la demanda de los sectores hegemónicos de la producción local, buena parte asociada a la transnacionalización capitalista de la economía argentina. La contracara es el perjuicio para quienes perciben ingresos fijos, los trabajadores, regulares e irregulares, activos o pasivos, a tiempo completo, flexibilizados o tercerizados, los que reciben planes sociales e incluso productores y empresarios que asocian sus ventas a este importante sector de la sociedad. Son pocos los beneficiados, el poder económico más concentrado, y son millones los que verán afectados su capacidad de compra. Las devaluaciones no generan equidad, y aun mejorando competitividad, algo que no es seguro, supone la transferencia de recursos de los trabajadores a los propietarios concentrados del capital.

 
¿Por qué la devaluación? ¿Hay otras posibilidades?
 
Desde el gobierno se explican maniobras especulativas del titular de Shell en connivencia con bancos extranjeros, el Citi, el Francés y el HSBC. Más allá de las acciones legales que se impulsen bien vale considerar la necesidad de mantener a la banca extranjera en la Argentina y consultarnos, a esta altura, por qué continuar con la legislación financiera de la dictadura genocida. Asociado a ello se requiere un estricto control del comercio exterior, el que se concentra en un puñado de empresas extranjeras y un conjunto reducido de bienes que explican el comercio exterior.
 
Claro que estamos remitiendo a la nacionalización de la banca y del comercio exterior, y que ello supone un enfrentamiento con el poder económico y político, que se requiere constituir sujeto social y político para sostener la confrontación. Ello necesita asumir un nuevo rumbo modificando la ecuación de beneficiarios y perjudicados del orden económico y social en el país. Lo que ha fallado en la Argentina de este tiempo es la concepción de la posibilidad de un “capitalismo nacional” al que convocó a construir Néstor Kirchner en mayo del 2003. En la era de la transnacionalización es un imposible, como inútil es buscar una “burguesía nacional” que asuma ese proyecto, salvo la gestación de nuevos sectores de burguesía local, los que acumulan en el marco de un proceso continuo de extranjerización y dependencia de la economía local al sistema mundial del capitalismo.
 
La realidad es que las divisa tienen precio y la pelea por su cotización enfrentó a los sectores hegemónicos privados de la economía argentina con el gobierno, demandante de dólares, principalmente para la cancelación de la deuda pública. Eso explica la perdida de reservas en el último tiempo, solamente 12.000 millones de dólares durante el 2013, entre fuga de capitales y pagos de la deuda, según datos oficiales.
 
El precio de la divisa, de los bienes y servicios, o de la fuerza de trabajo se dirime en el capitalismo en un mercado monopolizado por grandes capitales altamente concentrados y centralizados. Los Estados pueden convalidar la situación o enfrentarla, lo que supone romper la lógica del capital para intentar organizar un orden diferente, anticapitalista, incluso socialista.
 
Es un debate que trasciende la realidad nacional y se presenta en toda la región Nuestramericana, ya que el cambio político emergente a comienzos de siglo puede agotarse si no se profundizan políticas independientes y soberanas en la región. Aludo a la soberanía alimentaria, energética, financiera, que contribuya a una modificación del modelo productivo depredador y a un nuevo modelo de desarrollo para la región.
 
Falta poco para la cumbre de la CELAC y se discute un acuerdo de libre comercio entre el Mercosur y la Unión Europea. ¿Ese es el rumbo de la inserción internacional de Nuestramérica? La inserción subordinada de la región fortalece la dependencia del orden capitalista en las condiciones actuales de transnacionalización, generalización de la especulación y el delito. ¿Hay solución fortaleciendo la inserción en el orden capitalista mundial, ese que gerencia el FMI, el Banco Mundial, la OMC? ¿Por qué libre cambio con Europa, luego de haber rechazado el ALCA? ¿Es mejor el capitalismo europeo que el estadounidense? El interrogante es aún más válido cuando pensamos la hegemonía alemana en Europa y las políticas de austeridad generalizadas en el viejo continente.

 
Argentina y la región están urgidas por cambios estructurales, los que deben realizarse integradamente. Existen novedosos mecanismos e instrumentos en funcionamiento, junto a avanzadas ideas que pueden facilitar el proceso. Aludo al ALBA, incluso UNASUR y la CELAC, pese a los matices en su seno. También al sistema múltiple de pagos con monedas locales entre Brasil y Argentina, escasamente usado, o el SUCRE entre los países del ALBA, al que adhirió Uruguay. Mucho se escribió sobre la nueva arquitectura financiera, expresión de ello es el Banco del ALBA. Bolivia acaba de anunciar que dispone de la cuota asignada para hacer funcionar un Banco del Sur que puede ser depositario de las reservas internacionales, cuantiosas entre los países que adhieren a la iniciativa.
 
No constituye una utopía hacer realidad el otro mundo posible a que nos convocó el Foro Social Mundial a comienzos del presente siglo. El capitalismo no ofrece soluciones a los pueblos de la región y del mundo. Fue en esencia el mensaje de Hugo Chávez cuando a fines del 2004 formuló su proyecto del socialismo del Siglo XXI. Ante la debacle de la URSS y el socialismo en el este de Europa y el rumbo e inserción de China en el capitalismo global, existen voces que nos acusan de anacrónicos y cuando mucho de utópicos. Los utópicos son los que imaginan una salida dentro del capitalismo y aún, aquellos que se contienen en el límite de lo posible, intentando reformar al capitalismo.
 
Los límites de la heterodoxia, el neo-desarrollismo o neo-keynesianismo, según como se asuma, en la Argentina, da cuenta de los debates, en la región y en el mundo, por superar la crisis del capitalismo, la dependencia, pensando y construyendo un orden económico, social, político y cultural de emancipación, sin explotación y armonioso con la naturaleza.
 
 
Julio C. Gambina es profesor de Economía Política en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Rosario. Presidente de la Fundación de Investigaciones Sociales y Políticas, FISYP. www.juliogambina.blogspot.com

Otros tiempos "Sartre y Guevara"

Qué encierra una foto de Sartre y Guevara, guardada en una caja de recuerdos.

Por Juan Martini .

Sartre y el che

Jean-Paul Sartre y Ernesto Che Guevara (La Habana, 1960). Foto: Alberto Korda

Es así: a veces no hay más remedio que ponerse a buscar y a buscar en cajas donde se guardan infinidad de cosas que ya no se necesitan a mano, incluso de las que uno no se acuerda… Entonces, por ejemplo, buscando una agenda en la que uno copió en otro tiempo un poema de Rilke salta, de golpe, el zarpazo: una foto de 1984, en un bar de Buenos Aires, que reunió a ocho escritores todavía jóvenes que no se reunían habitualmente. 

Por eso el segundo no tarda en arañarte el alma. Otra foto. Ahí está. Fue sacada hace 50 años. Algunos jóvenes de 35 para abajo que la vieron en estos días no sabían quién era o había sido el hombre que parece inclinarse para besar la mano del Che Guevara. Es Jean-Paul Sartre y en realidad está encendiendo un habano con el fuego de un encendedor de mesa que le da el Che.

Sartre viajó a Cuba cuando la Revolución todavía no había cumplido un año. Fue con Simone de Beauvoir y juntos entrevistaron al Che en su despacho de la presidencia del Banco Central. Eran más de las 12 de la noche porque Guevara trabajaba hasta muy tarde. En los días siguientes, Sartre y Simone recorrieron toda la isla, asistieron al estreno en el Teatro Nacional de La puta respetuosa, obra de Sartre, invitados por Fidel Castro, y escribieron sobre sus experiencias y observaciones en Cuba. El Che Guevara tenía 32 años, Sartre 55 y Simone de Beauvoir 52.

“Puesto que era necesaria una revolución -escribió Sartre-, las circunstancias designaron a la juventud para hacerla. Solo la juventud experimentaba suficiente cólera y angustia para emprenderla y tenía suficiente pureza para llevarla a cabo”. El libro se llamó Huracán sobre el azúcar y conmovió a las juventudes de América Latina y del mundo entero.
El Che Guevara moriría asesinado en Bolivia apenas siete años más tarde. Sartre moriría casi veinte años después en París. Antes, sólo cuatro años después de aquel viaje y esta foto, recibiría el Premio Nobel de Literatura y lo rechazaría: una prueba de independencia económica y de soberanía intelectual nunca homologada.

A su manera, mucho antes de morir, Guevara y Sartre habían alcanzado la dimensión del mito. Uno por su coraje revolucionario. El otro por su entereza intelectual. Comprometerse con una causa, en aquellos años, no sólo era natural y una marca de época. Era una forma de estar vivos. De creer en el futuro y en la posibilidad de imaginar un mundo justo.

Hoy, 50 años después, no sólo está mal visto creer en la justicia y en la igualdad: ni hablar del respeto a los muertos y desaparecidos, ni de condenar a golpistas fusiladores. Posiciones de esta naturaleza son acusadas con frecuencia de bien pensantes de izquierda o progresistas, y condenadas por ingenuas.

Ignoran, los liberales, los que viven todo el tiempo de condenar las ilusiones y los deseos de vivir en una sociedad equilibrada, que la justicia social es un bien irrenunciable salvo para quienes no respetan a las mayorías. 
Pero no se los ve más felices. Más bien todo lo contrario. Están siempre contrariados, ofendidos, aferrados a sus lugarcitos privilegiados y sobornables.
¿Será porque, más allá de alzarse contra gobiernos constitucionales, desestabilizar y poner palos en las ruedas, no tienen en qué creer?
Es así.

Es el problema de abrir cajas con archivos, cartas, agendas, radiografías, postales, cositas que alguien te trajo de un viaje, regalos cargados de recuerdos, fotos…

El tiempo se te viene encima y la memoria de las ilusiones perdidas es la garra que de un golpe te dice que a pesar de todo todavía estás vivo. Y entonces uno tiene que atreverse a confesar que no hay nada como tener ilusiones y que siempre estaremos del lado de la utopía.





Hace 5 años se llevaron a Luciano, esto decimos ahora



Hoy, a 5 años de la desaparición de Luciano Arruga, nos encontramos una vez más en esta Plaza que lleva su nombre. Estamos aquí para recordarlo, para mantener viva su memoria y la de tantos pibes, y para que se haga Justicia. Luciano fue secuestrado y desaparecido por la Policía Bonaerense el 31 de enero de 2009 después de pasar meses de tormentos, detenciones sistemáticas e ilegales y torturas en distintas comisarías. 5 años sin Luciano son 5 años de impunidad. Impunidad del Municipio de La Matanza, que nos sometió todo este tiempo a un abandono inhumano y a la espera de respuestas que nunca llegaron, que abrió ese Destacamento que funcionó como Centro Clandestino de Detención y que permitió que siguiera funcionando igual hasta 3 años después de la desaparición de Luciano. Impunidad del Gobierno Nacional, que a través de su secretaría de Derechos Humanos nos arrastró a hacer una vigilia de dos meses en el ex Destacamento, después de años de promesas incumplidas; gobierno que jamás, ni en los momentos más difíciles, cuando corrió riesgo nuestra vida y sufrimos y denunciamos sistemáticas amenazas a nuestra integridad, jamás nos brindó protección, jamás nos garantizó la seguridad. La misma impunidad a la que nos somete el gobierno de Scioli, que tardó 3 años y 8 meses en recibirnos para no volver a verlo más ni ver el cumplimiento de ninguno de los puntos a los que se comprometió, que protege a la policía que se llevó a Julio López y Luciano Arruga y que le garantiza la estructura nefasta que nos lleva, en democracia, a padecer desapariciones forzadas.



Sin embargo, también, 5 años sin Luciano son 5 años de lucha inclaudicable. Una lucha acompañada y llevada adelante por militantes sociales, políticos, de izquierda, por los Derechos Humanos, una lucha repleta de logros. Cuando se llevaron a Luciano, no dudamos un segundo: queríamos toda la Verdad y toda la Justicia. No tenemos dudas de que vamos a llegar, nada nos puede detener, sorteamos todos los obstáculos, y nuestro motor es este pibe, pero queremos Justicia para todos. Nuestra decisión y el acompañamiento y el coraje de miles de personas es lo que nos llevó a instalar una discusión que en La Matanza no se daba, hablamos de violencia institucional, denunciamos el accionar represivo de las fuerzas y denunciamos también a los responsables con nombre y apellido. Años de organización nos llevan a donde estamos hoy, somos una voz legítima en la lucha independiente contra la violencia institucional y esa es una reivindicación incambiable: siempre nuestra militancia fue, es y será absolutamente independiente de todos los gobiernos.

Al momento de la desaparición, y antes también, nos encontramos con la necesidad de salir a denunciar la violencia policial en medio de una campaña mediática y política contra la inseguridad. Las soluciones propuestas iban absolutamente en contra de lo que nosotros exigíamos: bajar la edad de imputabilidad (podemos escuchar a Fernando Espinoza acompañando esta propuesta de campaña de Martín Insaurralde en las últimas elecciones), militarizar los barrios con gendarmería (las villas parecen lugares sitiados en los que los pibes aprenden en la práctica qué es la mano dura y cómo se recrudece a diario la represión), sacar nuevos códigos contravencionales, crear policías municipales (en La Matanza, instalada a meses de la desaparición de Luciano y con efectivos retirados de la fuerza), reincorporar policías, etc. Todas esas medidas fueron agitadas por medios de comunicación y adoptadas por funcionarios de gobierno que después se atreven a decir que no reprimen al pueblo. Basta con un solo dato para entender a qué intereses responde el poder: hay 10 mil efectivos en la Policía Bonaerense que trabajaron durante la última dictadura. En el medio, nosotros planteábamos y seguimos planteando que esas “soluciones” no son más que agrandar el problema, la lista de pibes asesinados todos los días y la caja negra chica de las fuerzas represivas.


Así es como en estos años se le dieron infinitas licencias legales y, ahora, aumentos de sueldo a la maldita Policía Bonaerense que carga con la desaparición de Jorge Julio López y Luciano Arruga, así es como nos encontramos al genocida Milani como Jefe del Ejército, denunciado por casi todos los organismos de Derechos Humanos. Así es como la misma policía que se amotina para duplicar su salario no tiene ningún reparo en responder inmediatamente a la orden gubernamental de reprimir a los docentes que se organizan. Así es como nos encontramos con un grupo de petroleros en Las Heras condenados a cadena perpetua con un fallo basado en testimonios obtenidos bajo torturas, un fallo criminal.

La Matanza avanza, sí, ese es el lobby de Fernando Espinoza ¿En qué avanza? Tenemos una Escuela de Policía en la Universidad pública. Matanza Avanza en represión, gatillo fácil e impunidad. A 5 años del secuestro y la desaparición de Luciano, los policías implicados (Néstor Guillermo Díaz, Ariel Alfredo Herrera, Sergio Omar Fécter, Daniel Alberto Vázquez, Damián Marcelo Sotelo, Hernán Gabriel Zeliz, Damián Alfredo Borrego, Emiliano José Márquez y Martín José Monte) sólo están separados de sus cargos, cobrando sus sueldos y transitando por nuestras calles con absoluta libertad, no están imputados ni procesados. La Justicia no se queda atrás en este entramado de complicidades que protege a los asesinos de nuestros pibes; la primera fiscal de la  causa, Roxana Castelli, entregó la investigación a la policía, en connivencia con el Juez Gustavo Banco. También con el apoyo de Banco, la segunda fiscal, Celia Cejas, realizó durante un año y medio y en secreto escuchas telefónicas a la familia Arruga. Después de 4 años de lucha y organización con apoyo de organizaciones sociales y políticas, partidos de izquierda y organismos de Derechos Humanos, logramos el cambio de carátula a Desaparición Forzada de Persona. Ahora que la Justicia reconoce que hay un delito detrás de este caso, le exigimos que enjuicie y castigue a todos los responsables (políticos, materiales, intelectuales, cómplices y encubridores).

No podemos dejar de mencionar que para lograr el acceso al ex Destacamento de Lomas del Mirador donde Luciano fue visto por última vez y la absoluta independencia de los sucesivos gobiernos para trabajar en la creación de un Espacio para la Memoria, así como también para que se realizaran los últimos peritajes necesarios en ese lugar de muerte; tuvimos que hacer una vigilia permanente en ese predio durante más de dos meses. Ingresamos y nos instalamos allí el 17 de octubre de 2013 y recién levantamos la ocupación el 23 de diciembre. Ya tenemos un comodato que nos cede ese lugar por intermedio de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos de La Matanza, para trabajar con total independencia y libertad. Ahora vamos por la sanción definitiva de la expropiación del inmueble en la legislatura provincial. Llegamos a cumplir 5 años sin descansar un segundo, sin dejar un segundo nuestras reivindicaciones en un costado. El logro que alcanzamos con la vigilia es inédito: no existen Espacios para la Memoria en ex Destacamentos por desapariciones en Democracia, tampoco existen Sitios para la Memoria independientes del gobierno. Vamos por esa discusión, ¿Cuánto se puede recordar, denunciar, luchar, defender o proteger, si no hay independencia? ¿Cuánto y a cuántos se deja de lado y se abandona cuando la prioridad es la obsecuencia? No nos agachamos ante ningún poder, y ese es nuestro mayor mérito: somos coherentes, decimos y hacemos.



Así como nosotros estuvimos dos meses, denunciamos el estado de abandono al que el gobierno de la provincia de Río Negro y el gobierno nacional someten sistemáticamente a la familia de Daniel Solano, que está acampando hace más de dos años frente a los Tribunales de Justicia de Choele Choel exigiendo la verdad. Denunciamos la impunidad judicial que permite el doble sobreseimiento del policía Daniel Veyga, asesino de Kiki Lezcano y Ezequiel Blanco. Denunciamos la impunidad detrás del Caso Mariano Ferreyra, la liberación de zona por parte de la Policía Federal a cargo de Aníbal Fernández y la complicidad entre gobierno, empresarios y sindicatos burócratas y asesinos que se llevó también la vida de 52 personas el 22 de febrero de 2011 en esa maldita Masacre de tren Sarmiento, queremos Justicia YA y que paguen los culpables. No tenemos verdad ni Justicia en los casos de asesinato de Silvia Suppo y la desaparición de Julio López, no se protege a los testigos si los genocidas tienen vía libre. Exigimos que cese el ataque sistemático y la persecución a nuestros hermanos Qom y a todos los pueblos originarios ¡Que les devuelvan lo que les pertenece! Mientras miles de policías asesinos están impunes, las hermanas Ailén y Marina Jara, Luz Gómez y Diego Romero y Fernando Carrera siguen padeciendo las consecuencias de ser víctimas de la mafia policial, judicial y política que hay detrás del armado de causas ¡Absolución YA! Mientras miles de policías en todo el país reciben aumentos desmesurados en relación con todas las paritarias, los trabajadores que se organizan reciben palos y represión. La familia y amigos de Luciano, así como madres de Plaza de Mayo que luchan, organizaciones sociales y políticas, estamos siendo investigados dentro del Proyecto X creado por el Gobierno Nacional que después se atrevió a negar su existencia cuando ya teníamos la prueba contundente del trabajo de inteligencia de la gendarmería con la apertura a una pequeña parte de los archivos. El Proyecto X no fue desarticulado, y trabajadores y luchadores son imputados en causas penales en el marco de la nefasta Ley Antiterrorista.

Nosotros somos familiares de un pibe, él es nuestro motor pero luchamos por todos, desde el primero hasta el último. Queremos Justicia por los más de 200 desaparecidos en Democracia y más de 4000 pibes asesinados por las Fuerzas de Seguridad, queremos Justicia por todas las víctimas de este sistema perverso. Denunciamos la impunidad en todos sus órdenes y nos enfrentamos al poder que nos tengamos que enfrentar para encontrar toda la verdad. Queremos que se respete y se cumpla nuestro derecho a saber dónde está Luciano, qué hicieron con él, adónde lo llevaron y quiénes son los encubridores. Esta lucha no tiene fin y aquí nos encontrarán hasta las últimas consecuencias. Abrimos la convocatoria a esta Gran Jornada de Lucha por los Derechos Humanos a organizaciones, partidos, sindicatos, centros de estudiantes y trabajadores, con la premisa de que no se puede sostener esta batalla por separado, y de que si nos tocan a uno, nos tocan a todos.

Una vez más, exigimos:

APARICIÓN YA DE LUCIANO ARRUGA

JUICIO Y CASTIGO A LOS POLICÍAS FÉCTER, VÁZQUEZ, HERRERA, SOSA, DÍAZ, ZÉLIZ, MONTE, SOTELO Y BORREGO

JUICIO Y CASTIGO A TODOS LOS RESPONSABLES POLÍTICOS Y MATERIALES

EXPROPIACIÓN DEFINITIVA DEL EX DESTACAMENTO DE LOMAS DEL MIRADOR: QUEREMOS ESPACIO PARA LA MEMORIA PARA SIEMPRE

LIBERTAD Y ABSOLUCIÓN A LOS PETROLEROS DE LAS HERAS

JUICIO Y CASTIGO A DANIEL VEYGA, ASESINO DE KIKI LEZCANO Y EZEQUIEL BLANCO

ABSOLUCIÓN A AILÉN Y MARINA JARA Y A LUZ GÓMEZ Y DIEGO ROMERO

FUERA LA ESCUELA DE LA POLICÍA BONAERENSE DE LA UNIVERSIDAD DE LA MATANZA

NO A LA BAJA EN LA EDAD DE IMPUTABILIDAD

BASTA DE GATILLO FÁCIL Y VIOLENCIA INSTITUCIONAL

BASTA DE REMPRIMIR Y JUDICIALIZAR LA PROTESTA SOCIAL. ABSOLUCIÓN DE LOS MÁS DE 7000 PROCESADOS POR LUCHAR.

NO A LA LEY ANTITERRORISTA Y EL PROYECTO X

FUERA MILANI

FUERA LA POLICÍA DE NUESTROS BARRIOS

LUCIANO ARRUGA PRESENTE, AHORA Y SIEMPRE.




La peligrosa digestión del acuerdo con los EE.UU.


Quiero hablarles de unas importantes negociaciones que, en la medida en que se concreten, pueden afectar de forma muy significativa a la alimentación de todas las personas que compartimos el Planeta Tierra como morada.

Desde julio del año pasado se están reuniendo representantes de la Unión Europea y de los Estados Unidos para firmar un tratado de libre comercio entre Bruselas y Washington. Según ambas partes, cerrar un gran acuerdo que genere más comercio entre ambas orillas será una oportunidad para el empleo y el crecimiento económico de dos economías en crisis. Aunque seguir insistiendo en el crecimiento como medida para superar la situación actual me parece un camino ya recorrido y erróneo, son los análisis que están haciendo organizaciones como Amigos de la Tierra, el Institute for Agriculture and Trade Policy y la fundación GRAIN lo que debe hacernos estar bien atentos al desarrollo de estas conversaciones. Las tres instituciones coinciden en destacar que, más allá de que se incrementen o no las relaciones comerciales, el verdadero problema nacerá de la necesidad de armonizar las normativas sanitarias de los alimentos. Y sabiendo el peso que ambas potencias tienen en la materia, es sencillo entender que en estas mesas de negociación, expertos que saben más de comercio que de agricultura y alimentación están cimentando las bases de los estándares internacionales sobre lo qué comeremos.
 
Armonizar las normativas no es modificar aspectos puntuales del procesamiento de un alimento o aceptar un aditivo más o menos, sino que conlleva cambios de gran magnitud pues, como explica GRAIN, los enfoques de la UE y de los EEUU «son diametralmente opuestos. Mientras la Unión Europea practica la filosofía de ‘de la granja al tenedor’, donde cada etapa del proceso es monitoreada y trazabilizada, el sistema estadounidense sólo verifica la sanidad del producto final. Mientras la Unión Europea suscribe plenamente ‘el principio de precaución’, el cual es parte de su constitución política, en Estados Unidos este principio no se tiene en cuenta y exige una ‘evidencia científica’ que justifique cualquier restricción. En el área de los productos químicos que se incorporan a los alimentos procesados y a los envases, la brecha es aún mayor. La legislación de la UE pone el peso de la prueba en las empresas para demostrar que los productos químicos que usan son seguros. La estadounidense, en cambio, requiere que el gobierno pruebe que un producto químico es inseguro.»
 
Si la firma del acuerdo se hace ‘rebajando seguridad’ -sobre modelos que ya ahora generan recurrentemente alarmas alimentarias- en favor de objetivos comerciales dejemos sitio para más pesticidas en el campo, para pollos lavados con cloro en nuestros platos, para carnes de vacuno estimuladas con hormonas de crecimiento y para más cantidad de alimentos de origen transgénico aprobados con pruebas menos exigentes que las actuales. Además, solo sabremos con exactitud lo que comeremos cuando las empresas voluntariamente quieran identificarlo en su etiquetaje pues todos los avances conseguidos por la presión ciudadana para contar con información detallada desaparecerían al considerarse una ‘barrera comercial’.
 
Sin embargo, la preocupación mayor es otra. Si en la unificación de dos mercados que representan el 50% de la economía mundial se impone una normativa más laxa, ganará terreno una alimentación industrial y aquellas corporaciones que las practican, mientras que las agriculturas campesinas tendrán serias dificultades para resistir una competencia tan brutal. Así se ha demostrado en acuerdos comerciales similares en otros lugares. Entonces, una pregunta debemos hacernos, ¿queremos que nuestra alimentación dependa de una única opción?
 
Es poco inteligente pues la agricultura industrial en su corto recorrido de 50 años, además participar en acabar con la forma de vida de millones de personas dedicadas a la agricultura a pequeña escala, pueblos indígenas y campesinos que, aún en estos momentos y a pesar de haber sido desplazados, contaminados o privados de sus recursos productivos, son los responsables de la producción del 70% de los alimentos a nivel mundial, es responsable de minar a velocidad de vértigo la fertilidad de los suelos y de reducir a muy escaso número las miles de variedades vegetales y animales que aseguran nuestra capacidad de adaptación al cambio climático. Sin perder de vista, finalmente, su absoluta dependencia de fertilizantes minerales, petróleo y regadíos intensivos que son bienes finitos, agotables, escasos.
 
La preocupación es clara: No a una negociación en favor de quienes negocian con la alimentación de la gente.
 
Gustavo Duch Guillot es autor de Alimentos bajo sospecha y coordinador de la revista Soberanía Alimentaria, Biodiversidad y Culturas.