Agustín Tosco y el Cordobazo




Escrito por Valeria Flesia
El recuerdo del Cordobazo remite a la vida de Agustín Tosco, su alma inclaudicable es el alma del alzamiento de los obreros cordobeses contra quienes les negaban sus derechos.
La vida de Tosco está tachonada de intentos desesperados por silenciarlo: enjuiciamiento, cárcel, proscripción, persecución. Es increíble que tanta saña se concentre en un solo hombre y no haya conseguido, a pesar de todo, opacar su fama internacional y el amor incondicional de su pueblo que lo sostuvo y lo rescató de todo lo que pudo, que no lo olvidó en la prisión sino que siguió eligiéndolo como su líder. 
Un sindicalista que resulta extraño hoy en día por el fuego de su pensamiento y sus acciones que no admitían dobleces, Agustín Tosco había nacido en el año 1930 en Moldes, Provincia de Córdoba. A los 18 años comienza a trabajar en EPEC, un año después es elegido subdelegado y a los 20 ya es delegado de los trabajadores.
En 1954 es Secretario General del gremio de Luz y Fuerza de Córdoba, cargo que mantendrá, con las interrupciones impuestas por las intervenciones, hasta el fin de su vida. Integrará las comisiones de lucha en la resistencia posterior al golpe de Estado de 1955, y antes del Cordobazo ya había sufrido varias veces la cárcel y la persecución.
Un día como hoy lo encontramos en 1969 como impulsor de la huelga general que copó las calles de Córdoba durante tres días. La represión fue terrible: hubo 34 muertos por la policía y más de 1000 detenidos. Tras el Cordobazo, Agustín Tosco es detenido junto con la dirección del sindicato y se le hace un Consejo de Guerra, donde es condenado a 8 años y 6 meses de cárcel.
Su gente lo trae de vuelta con movilizaciones permanentes. Al llegar a su ciudad grita el histórico: “¡Abajo la dictadura, el pueblo es quien nos ha liberado!”. 

Cuando Tosco habla del Cordobazo a la distancia, en una entrevista para aclarar su significado afirma: “era la toma de conciencia de un pueblo expresado en el más alto nivel, en los grados cuantitativos y cualitativos de sentirse oprimidos, de saber que se puede vivir dignamente y que hay todo un complejo sistema instrumentado, que por la fuerza, nos impide ese nivel de dignidad, ese sentido de argentinidad, esa realización de hombres, de trabajadores, de argentinos. Porque el “Cordobazo” fue la desembocadura de una serie de luchas cuyo arranque, podríamos decir de carácter heroico, fue o sucedió el 7 de setiembre cuando ese herido de muerte Santiago Pampillón. Y luego la política de Onganía, de Salimei, de Martínez Paz, que hace de la racionalización, de la denominada racionalización administrativa, un pretexto para las cesantías, para la violación de los contratos colectivos de trabajo...”
En marzo de 1971 se produce un nuevo alzamiento popular en Córdoba, conocido popularmente como el Viborazo, la respuesta del movimiento obrero cordobés a la orden de detención de sus principales dirigentes sindicales y políticos ya que el interventor provincial, había afirmado su “deseo de cortar de un solo tajo la cabeza de la serpiente marxista infiltrada entre los cordobeses que perturban la Revolución Argentina”.
Un mes más tarde, es nuevamente encarcelado, esta vez será por 17 meses y está en el penal de Rawson. Ese año se levanta la intervención del sindicato de Luz y Fuerza de Córdoba y Agustín Tosco se presenta, ganando las elecciones sindicales desde la cárcel.. Debido nuevamente a la presión popular, Tosco es liberado a fin de ese año.
A la muerte del presidente Perón su sucesora interviene nuevamente el Sindicato de Luz y Fuerza de Córdoba. Esta intervención provoca que Agustín Tosco, constantemente amenazado, se viera obligado a vivir en la clandestinidad. Apoyado por los trabajadores de Luz y Fuerza, que aportan plata y lo esconden en diversas casas de militantes, no dejó de dirigir la actividad política del sindicato.
En estas terribles condiciones, se enfermó gravemente a causa de una infección, y a pesar de los esfuerzos de sus compañeros y que fue trasladado a Buenos Aires, la infección se había extendido y muere de septicemia. Tenía 45 años.
El 6 de noviembre de 1975, la naturaleza desatada en lluvia y granizo acompañó a la multitud que lo despedía en el Cementerio San Jerónimo, custodiada por el gobierno cordobés que seguía intentado reprimirlo, aún muerto, con balas y golpes.



Recomendamos ver este excelente documental realizado por Daniel Ribetti: Agustín Tosco - Grito de Piedra.

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