"Libertad de expresión y censura previa"




por Carlos Baeza


“Estoy en desacuerdo con tus ideas, pero daría gustoso mi vida para defender tu derecho a expresarlas” (Voltaire)
La reciente desvinculación del relator de fútbol Víctor Hugo Morales de un programa radial, fue convertida en un gran sainete en el cual se mezclaron  -como era de esperar-  ataques al nuevo gobierno y marchas organizadas por la oposición en defensa de la libertad de expresión y contra la censura que -sostienen-  sufrió el uruguayo.
 
1° El primer aspecto a considerar es que la relación habida entre VHM y el medio para el cual laboraba era una contratación entre dos privados  y que concluyera cuando uno de ellos decidiera ponerle fin por motivos que no han trascendido, pero sin que de manera alguna ello implique un ataque a la libertad de expresión o algún tipo de censura y, menos aún, que el gobierno tenga intervención en dicho conflicto. Sin duda que el relator oriental, de haber sido privado de su puesto incausadamente, podrá recurrir a la justicia para reclamar los daños e indemnizaciones que pudieran corresponderle, como cualquier empleado despedido sin causa. E igualmente podrá ofrecer sus importantes servicios a cualquiera de los muchos medios privados que estarán felices de contarlo entre sus empleados, aunque el propio VHM, en un arranque de servilismo común en él, y luego de mendigar conchabo en medios oficiales, afirmó que si lo restituían en radio Continental, “se olvidaba de todo”. Claro que este mismo personaje era el que criticaba abiertamente al kirchnerismo y especialmente a Néstor Kirchner por la compra de divisas extranjeras aprovechando contar con  información sensible; no obstante lo cual, se ignora por cuántos cientos o miles de razones, luego se transformó en ferviente defensor del mismo gobierno que antes atacaba.



2° La Constitución nacional no incluye en forma expresa en su articulado, la protección de la libertad de expresión, debiendo entenderse como tal el derecho a exteriorizar el pensamiento respecto a cualquier tipo de idea u opinión, utilizando para ello todos los medios y procedimientos de comunicación social. La libertad de pensamiento brinda así la posibilidad de elaborar en el plano interior ideas u opiniones que mientras permanezcan en el fuero íntimo se encuentran exentas de la autoridad de los magistrados y sólo reservadas a Dios (art.19 de la Constitución). De allí que como una manifestación de la libertad de pensamiento, surge la libertad de expresión como ejercicio exterior y público de esa libertad.
El texto constitucional sólo se refiere en el art.14 a un aspecto de esa libertad de expresión, cual es la de publicar ideas por medio de la prensa sin censura previa, y ello encuentra profusos antecedentes en nuestra historia institucional. Así, el Reglamento de la Junta de abril de 1811 había proclamado la libertad “de escribir, de imprimir y publicar sus ideas políticas, sin necesidad de licencia, revisión y aprobación alguna anteriores a la publicación”; exceptuándose los escritos de carácter religioso que, por expresas disposiciones emanadas del Concilio de Trento, quedaban sujetas a la censura eclesiástica. En el mismo año, cupo al Triunvirato sancionar un decreto sobre libertad de imprenta, el que igualmente fue acogido en los intentos constitucionales de 1812-1813, y en las constituciones de 1819 y 1826.



En consecuencia, cabe interpretar la norma a la luz de las siguientes pautas:
a)la libertad de expresión puede ser ejercida respecto a todo tipo de creación del intelecto, cualquiera que ella sea: notas, comentarios, opiniones, dibujos o textos humorísticos, comerciales y artísticos.
b) la mención a la libertad de prensa no cabe ser entendida como negatoria del ejercicio de este derecho a través de cualquiera de los diversos medios de comunicación social que las modernas tecnologías han instrumentado para la difusión de noticias. Así lo reconoce el Pacto de San José de Costa Rica que en su art.13.1. dispone: “Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento y de expresión. Este derecho comprende la libertad de buscar, recibir y difundir información e ideas de toda índole, sin consideración de fronteras, ya sea oralmente, por escrito o en forma impresa o artística, o por cualquier otro procedimiento de su elección”
c) igualmente trascendente es el principio que ampara a la libertad de expresión de toda forma de control oficial sobre el papel utilizado para periódicos. La reforma de 1994 modificó el inc. 22 del art. 75, estableciendo que los tratados de derechos humanos que la misma cláusula menciona así como los que posteriormente se incorporen, “tienen jerarquía constitucional, no derogan artículo alguno de la Primera Parte de esta Constitución y deben entenderse complementarios de los derechos y garantías por ella reconocidos”. De esta manera, esos tratados internacionales, no forman parte del texto constitucional pero se encuentran en un plano de similar jerarquía, conformando el denominado bloque de constitucionalidad; y de allí que la misma cláusula, poniendo fin al debate en torno a la prelación de las leyes nacionales y los tratados, dispuso que “...Los tratados y concordatos tienen jerarquía superior a las leyes...” 
Precisamente, el citado Pacto de San José de Costa Rica  -uno de los instrumentos incorporados al texto constitucional-  establece  en su art. 13.3 que “No se puede restringir el derecho de expresión por vías o medios indirectos, tales como el abuso de controles oficiales o particulares de papel para periódicos, de frecuencias radioeléctricas, o de enseres y aparatos usados en la difusión de información o por cualesquiera otros medios encaminados a impedir la comunicación y la circulación de ideas y opiniones”.

d) por otra parte, el art. 32 de la Constitución Nacional que no se encontraba en el texto original sancionado en 1853, y que fuera incorporada por la reforma de 1860 dispone que “El Congreso federal no dictará leyes que restrinjan la libertad de imprenta o establezcan sobre ella la jurisdicción federal”. De tal forma, esta norma  impone al Congreso una valla infranqueable al impedirle la sanción de leyes que de cualquier forma signifiquen una restricción a la libertad de imprenta, la que no sólo puede verse amenazada por acciones concretas de censura  -ya vedadas igualmente por el art. 14 de la misma Constitución-  sino igualmente por limitaciones a la producción del papel requerido para la publicación de periódicos, también prohibida por el citado Pacto.

e) Ejemplo del avasallamiento de la libertad de expresión fue el gobierno bolivariano de Hugo Chávez  -a quien inexplicablemente idolatrara el progresismo vernáculo, no obstante que el mismo conjugaba las calidades de militar y golpista-  quien llevó a cabo una sistemática política de violación de los derechos individuales, entre ellos, la libertad de prensa, a cuyo fin propuso la expropiación de todos los periódicos y demás medios impresos, así como de todas las emisoras de radio y TV, las que pasarán a integrar una sola red estatal de transmisión a nivel nacional, pagando a sus propietarios sólo el 5% del valor de mercado en bonos estatales a 20 años de plazo. No recuerdo haber escuchado reacción alguna de integrantes del anterior gobierno censurando esas medidas atentatorias de la libertad de expresión pero que hoy se rasgan las vestiduras con el caso de VHM. ¡El relato todo lo puede!
3° Y bien: fue el propio kirchnerismo quien siguiendo esa política violó palmariamente la libertad de expresión cuando en su pelea  -¡una de tantas!-  contra Papel Prensa logró que la “escribanía legislativa” aprobara la ley 26.736 tendiente a ejercer controles oficiales sobre el papel para periódicos, normativa que no solamente vulnera el ya citado art. 32 de la Constitución Nacional, sino que igualmente violenta el art. 75 inc. 22 de la misma, ya que esa norma reviste una jerarquía inferior al tratado internacional que tutela esa forma de libertad de expresión mediante la prensa; y consecuentemente y en virtud del principio de supremacía emergente del art. 31, debe prevalecer el tratado y no la ley; y así debería ser declarado por los órganos jurisdiccionales que hipotéticamente debieran intervenir ante el evidente conflicto normativo, en uso del innegable control de constitucionalidad que a los mismos cabe ejercer. Sin embargo, no sólo no escuché a ninguno de los que apoyan al uruguayo criticar esa inconstitucional normativa, sino que ellos mismos fueron quienes la aprobaron.

4° ¿Y cómo calificar al entonces inefable Jefe de gabinete, “Coqui” Capitanich, que de pretendiente al sillón de Rivadavia, jugó a la oca y tras retroceder varios casilleros quedó como alcalde de su ciudad, rompiendo en cámara dos notas del diario “Clarín” por considerar que las mismas sólo reflejaban “mentiras” y eran “basura”. Ante todo debe señalarse que tanto el artículo que revelaba la existencia de un borrador confeccionado por Nisman por el que solicitaba la detención de la presidente y otros funcionarios, como la referida a los dichos de Capitanich sosteniendo que la causa Nisman aparecía cuando las playas argentinas estaban en su esplendor  -lo que negaba haber expresado-  fueron plenamente confirmadas; así como igualmente ocurriera con la versión según la cual Timerman había participado en la manifestación parisina por el atentado al semanario “Charlie Hebdo” a título personal y no como representante del gobierno, tal como el propio canciller lo admitiera. Pero cualquiera sea el contenido de las noticias  -en este caso todas confirmadas-  lo que no resulta  admisible en un régimen republicano es que un funcionario gubernamental destruya en su conferencia de prensa en vivo aquellas notas con las que disienta. Caso contrario, el ejemplo a seguir por los simples habitantes no es el del consenso y el respeto por la libertad de prensa y las opiniones ajenas, sino el de la confrontación lisa y llana que permite descalificar y destruir materialmente las páginas de los medios que no opinan igual que el gobierno, como paso previo a los escraches y agresiones físicas contra los periodistas de dichos medios, como ocurriera con preocupante insistencia y fuera motivo de críticas por los organismos internacionales que tutelan la libertad de expresión.
5° También el kirchnerismo en el final de su ciclo interpuso ante la justicia una medida cautelar para impedir que la revista “Noticias” publicara la nómina de los nuevos agentes de la ex Side, no obstante lo cual y ante la falta de notificación de una resolución acogiendo dicha petición, el citado medio procedió en dos ediciones sucesivas a dar a conocer el listado de los futuros espías. De esta forma, una vez más el gobierno pretendió cercenar la libertad de prensa al imponer la censura previa expresamente prohibida por la Constitución Nacional, ese librito que Ferdinand Lassalle llamara “la hoja de papel” y que, en el país de la anomia, los gobernantes desconocen y violan cotidianamente.
6° El mismo gobierno kirchnerista benefició en forma selectiva con la pauta oficial a aquellos medios afines que aplaudían servilmente su gestión a cambio de dinero, lo que motivara que algunos otros que resultaban perjudicados al no recibir pauta alguna, recurrieran a la justicia. Tal el caso de la editorial “Perfil” cuyo reclamo acogiera la Corte Suprema de Justicia al reconocer que la pauta publicitaria oficial no puede ser utilizada como un modo indirecto de afectar la libertad de expresión, otorgando o quitando publicidad a algunos medios en base a criterios discriminatorios. Que si bien no existe un derecho a recibir una determinada cantidad de publicidad oficial,  si el Estado decide darla hay una protección contra la asignación arbitraria que excluye la utilización por parte del Estado de criterios discriminatorios. No obstante  -y como igualmente hiciera con el fallo del mismo Alto Tribunal disponiendo la restitución del Procurador de Santa Cruz-  el gobierno no cumplió con la sentencia ni tampoco lo hizo cuando el pronunciamiento fuera posteriormente reiterado.


7° No podemos olvidar tampoco el juicio público contra el periodismo crítico del gobierno organizado en la Plaza de Mayo por la buena de Hebe; ni menos aún el “escrache” llevado a cabo contra los mismos periodistas consistente en empapelar el centro porteño con sus imágenes a fin que los transeúntes pudieran escupirlas como gesto de auténtico respeto a la libertad de prensa. Pero no recuerdo haber escuchado opinión condenatoria alguna por parte de quienes hoy se solidarizan con el relator uruguayo. ¡Auténticos caraduras!
8° Durante la misma gestión gubernamental perdieron sus puestos numerosos periodistas, tales como Longobardi; Plager; Lage; Castro; Micelli; Novaresio; Bulat; Rosales; González Oro o Feinmann, entre otros. De todos ellos, el caso de Juan Micelli, despedido en 2013, es revelador. Esta semana, Juan Manuel Abal Medina, quien fuera Jefe del gabinete kirchnerista, admitió en los medios que tal despido obedeció a la entrevista con el “Cuervo” Larroque al preguntarle la causa por la cual la asistencia a los inundados de La Plata la llevaban a cabo afiliados de “La Cámpora” luciendo camisetas de esa agrupación. Reconoció, en tal sentido, que se trató de un caso de censura y que hubo otras situaciones similares, tanto en medios del Estado como privados que recibían pauta oficial. Tampoco tengo memoria de gesto de solidaridad alguno por parte de los mismos que hoy marchan en apoyo de VHM.

9° Queda claro, entonces, que conforme al art. 14 de la Constitución Nacional todos los habitantes pueden expresar sus ideas a través de la prensa, lo que supone que tal exteriorización por ese medio y en la extensión dada a ese término, no puede ser objeto de censura previa a su publicación, puesto que como lo sostiene la Corte Suprema, para resguardo de la propia libertad de prensa, y aun corriendo el peligro de su posible abuso, la Constitución ha proscripto el recurso a la censura previa (Fallos 270:289)Por tanto y si bien el derecho a la libre difusión de ideas es relativo, la garantía que lo protege en cuanto impide la previa censura reviste carácter absoluto. Y si bien ello no significa que la libertad de expresión tenga a su vez  carácter absoluto, pues al igual que el resto de los derechos, es relativo, presenta no obstante una característica que sí es absoluta  cual es la prohibición total de la censura previa (Bidart Campos)
Del análisis del texto constitucional y su interpretación, se desprende que si bien no existe la posibilidad de censura previa a la publicación de ideas por medio de la prensa, ello no releva de responsabilidad al autor de las mismas en caso que tal publicación pueda afectar derechos de terceros. Sin embargo la jurisprudencia ha ido perfilando la situación de eventual responsabilidad en que puede incurrir, no ya el autor de un artículo o nota periodística, sino el editor del medio en que la misma fuera publicada.

Como lo destaca Blackstone “La libertad de prensa es, verdaderamente, esencial a la naturaleza de un Estado libre; mas ella consiste en no imponer restricciones previas sobre las publicaciones, y no en la exención de censura en materia penal luego de su publicación. Todo hombre libre tiene un derecho indudable a exponer al público los sentimientos que le plazcan; prohibir esto es destruir la libertad de prensa; pero si publica lo que es impropio, dañoso o ilegal, debe soportar las consecuencias de su propia temeridad” Por ello y si bien el legislador debe intervenir para prevenir y reprimir todo atentado a los derechos y libertades de los demás cometido a través de la prensa, tal intervención sólo puede serlo por vía de represión o reparación pero no por vía preventiva, esto es, mediante censura previa.
En la Convención bonaerense de 1860 decía Vélez Sarsfield en una alocución que hoy mantiene su plena vigencia y que cabe no olvidar: “Preguntad a todos los opresores de los pueblos, ¿cuál es el primer medio que emplean para dominarlos a su arbitrio? Quitar la libertad de imprenta o ponerle pesadas restricciones. Resumiendo, señores, estas diversas ideas, podréis echar la vista sobre las sociedades de todo el mundo y no hallaréis un pueblo que vaya en progreso y en que estén asegurados los derechos de los hombres y restringida al mismo tiempo la libertad de imprenta. Ni hallaréis un pueblo que goce de absoluta libertad de imprenta y en el que su riqueza y sus adelantamientos morales retrograden y en que sus habitantes no se juzguen garantidos en sus decisiones individuales”.

COMBATE DE SAN LORENZO

El Combate de San Lorenzo ocurrió el 3 de febrero de 1813, junto al Convento de San Carlos Borromeo, entre las fuerzas independentistas rioplatenses (argentinas) —quienes resultaron triunfadoras— y las colonialistas españolas (realistas). Fue la única batalla en territorio argentino que libró el General José de San Martín, quien tuvo bajo sus órdenes el Regimiento de Granaderos a Caballo.

La ciudad de Montevideo — declarada por España como capital provisional del Virreinato del Río de la Plata — era la principal base naval española en el océano Atlántico Sur; por tierra estaba sitiada por el ejército de José Rondeau, al que luego se sumaría José Gervasio Artigas. De modo que los españoles tenían que hacer uso del mar y del Río de la Plata para abastecerse. Frecuentemente, una escuadrilla realista salía de Montevideo en dirección al Paraná, y sus hombres merodeaban las costas robando los ganados.
Una expedición compuesta por once embarcaciones, que había salido de Montevideo con el propósito indicado, fue seguida paralelamente por tierra por el coronel de caballería José de San Martín al frente de 125 hombres del Regimiento de Granaderos a Caballo recientemente creado por él. La marcha militar del Libertador y sus hombres fue agotadora ya que se inició apenas cinco días antes del enfrentamiento, la tarde del día 28 en Retiro, Buenos Aires.
Las fuerzas de San Martín se adelantaron, deteniéndose el 2 de febrero cerca de la posta del Espinillo, situada a 10 km al norte del Rosario, donde hoy se ubica la ciudad de Capitán Bermúdez. Tras cambiar los caballos, continuaron al día siguiente su recorrido hasta el Convento San Carlos, ingresando por el lado oeste del monasterio.  Tras negociar la situación con el superior de los frailes franciscanos del convento, fray Pedro García, San Martín ocultó a sus granaderos, de modo que la escuadrilla realista no pudo observarlos.



Los realistas desembarcaron y avanzaron hacia el convento, suponiendo que allí estaban depositados los principales bienes de la zona. Para su sorpresa, fueron atacados por los granaderos a caballo sable en mano. El ataque de las tropas argentinas se realizó con un movimiento de pinzas saliendo de la parte trasera del convento. Una de ellas —la de la izquierda y la primera en moverse— estaba encabezada por José de San Martín y la otra  por el capitán oriental Justo Germán Bermúdez, quien estaba secundado por el joven teniente porteño Manuel Díaz Vélez. Bermúdez ejecutó un rodeo muy grande, forzando la escapatoria de los españoles hacia sus buques. La táctica militar empleada por el General San Martín consistió en una maniobra envolvente, tomada de Napoleón.
La columna del coronel llegó antes de que la de Bermúdez completara el movimiento. Por un momento, los españoles lograron defenderse. Una bala hirió al caballo de San Martín, que rodó y apretó una de sus piernas, inmovilizándolo. Un enemigo iba a clavarle la bayoneta, cuando apareció el soldado puntano Juan Bautista Baigorria quien en ese preciso instante se interpuso, mató al soldado realista y comenzó una defensa heroica de San Martín. Mientras, el soldado correntino Juan Bautista Cabral ayudó a San Martín a liberarse de la opresión del lomo del caballo sobre su pierna salvándole la vida.

Tanto el capitán Justo Bermúdez como el teniente Manuel Díaz Vélez y el soldado Juan Cabral morirían en esa heroica acción, por eso son conmemorados en la Historia Argentina. Existe la creencia de que Baigorria murió en el combate de San Lorenzo, pero los registros muestran que sirvió en el ejército de los Andes hasta aproximadamente el año 1818.

La llegada del grupo de Bermúdez, impidiendo que los realistas se reorganizaran en cuadro, completó la victoria de San Martín, obligando a los realistas a huir apresuradamente. Algunos realistas se arrojaron al río desde la barranca y perecieron ahogados. El combate duró, en total, alrededor de 45 minutos.
Pese a lo escaso de las tropas comprometidas y a la corta duración del enfrentamiento, éste tuvo importantes implicancias históricas y estratégicas: San Lorenzo constituyó el bautismo de fuego de los Granaderos a Caballo, marcó el inicio de la gesta sanmartiniana en Latinoamérica y desalentó posteriores excursiones de los realistas de Montevideo hacia el río Paraná. Por ello la ciudad comenzó a tener problemas de abastecimiento que provocarían, mucho más tarde, su caída en manos de las tropas de Buenos Aires.



“WI-FI” UN ASESINO SILENCIOSO


El wifi se puede definir de una forma simple como una red inalámbrica mediante la cual es posible la conexión de aparatos electrónicos, de esta manera no tienes que depender de un cable de red.

Desde sus inicio wifi ha sido un éxito a nivel mundial, de tal manera que las personas se mantienen en uso constante de estos dispositivos móviles que usa conexión wifi. En la actualidad es algo tan normal que podemos encontrar red wifi en casi todo lugar publico, incluyendo los hogares. Desde su llegada las compañías telefónicas siempre han dado a conocer los beneficios positivo sobre este servicio, pero estas  misma compañías no han dado instrucciones sobre el uso adecuado de este servicio para no dañar la salud.

“WI-FI” UN ASESINO SILENCIOSO QUE NOS ESTA MATANDO LENTAMENTE

“Wi-Fi” Un Asesino Silencioso Que Nos Esta Matando Lentamente
Los routers son muy usado en los hogares para conectar los dispositivos inalambrico como son smartphone o tabletas electrónicas, pero lo preocupante es las consecuencias del uso de este servicio; ya que el routers que emite las señal wi-fi produce ondas electromagnéticas que hacen un grave daño a nuestra salud. Las mayorías de las personas ignora este hecho por falta de conocimiento.
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Con el tiempo se empieza a reflejar los daños ocacionados por las ondas electromagnéticas cuando estamos expuesto dia y noche a esta señal. Este estudio fue realizado por La Agencia de Protección Sanitaria de Gran Bretaña”  demostró que los routers wi-fi hacen daño a las personas e incluso interfieren con el crecimiento de las plantas.
“Wi-Fi” Un Asesino Silencioso Que Nos Esta Matando Lentamente

CONSECUENCIAS DE EXPONER DEMASIADO AL WI-FI

  • Cansancio crónico.
  • Dolor en los oídos.
  • Falta de concentración.
  • Dolores de cabeza recurrentes.
  • Falta de concentración.
  • Problemas para conciliar el sueño.
La tecnología es necesaria y nos facilita la vida; solo debemos saber como usarla y tomar medida cuando algo puede hacer daño. A continuación les compartimos algunos consejos para que pueda usar el routers wifi de forma segura en el hogar o al menos estar menos expuestos a los daño que puede ocasionar. “wifi” un asesino silencioso que nos esta matando lentamente.

CONEJOS PARA PROTEGERTE DE ESTAS ONDAS

  • Desconecta o apaga la emisión de seña wi-fi antes de irte a dormir.
  • Apaga el Wi-fi cuando no estés usando dispositivos inalambricos.
  • Si usas teléfonos residenciales de señal inalambrica, cámbielo por teléfonos de cable.
  • Evite colocar el router cerca de la cocina y de los dormitorios.

Balas contra la murga



Por Claudia Rafael




“¿Acá son todos guapos”?, contaron que dijo “el Polaco”. Así nomás: “el Polaco”, como llaman en el barrio a uno de los gendarmes. Después sobrevino el griterío, los balazos, los chicos llorando, los pibes y adultos de la murga corriendo a un lado y a otro, el desbande. Niños de 3 a 14 años con las marcas en el cuerpo. Los gendarmes de prepo entraron a la villa del Bajo Flores en el operativo “#NarcotraficoCero” y, como de paso, dejaron un largo camino de daños colaterales. Un Terminator a fuego y violencia que fue sembrando sangre alrededor. Balas de plomo, balas de goma.






















“Che… pará, hay criaturas acá”, “basta loco, que están las criaturas”, se escucha en el video que se viralizó y que algún vecino captó desde un celular. La página del ministerio aplaude el operativo mientras lamenta “dos gendarmes heridos” que la ministra Patricia Bullrich visitó en el hospital y alienta desde el comunicado oficial con un “sigamos así”.


“Congelamiento/Desaliento/Erradicación/Ordenamiento Social y Edilicio”, detallaba el plan erradicador de villas de Cacciatore, el que a fuerza de cemento y muerte construyó puentes y autopistas (algunas a la mitad) para las que había que voltear todo aquello que molestase a la vista y al paso de las topadoras.

Son dos historias irreconciliables. Parecen ambientadas en dos tiempos distintos: 1) La que emite el ministerio y que repiten como ecos los medios acostumbrados a replicar los comunicados oficiales sin modificar siquiera una coma, un punto o un vocablo policial. “El episodio se produjo alrededor de las 21 en un pasaje sin nombre ubicado entre las calles Bonorino y Charrúa”, cita textualmente Clarín, basándose en la agencia DyN y “Gendarmes baleados en la villa 1.11.14”, tituló La Nación, citando a la agencia Télam. 2) La otra historia es la que se ve en los cuerpos de los pibes de la murga “Los auténticos reyes del ritmo”. La que se difundió por ríos subterráneos de imágenes en las redes y en los medios alternativos. (Clarín ahora se aggiornó levemente al titular tres días después de la primera nota que “Denuncian que la Gendarmería reprimió a una murga de chicos”).
Esta vez no hubo muerte. Como sí la hubo exactamente el 11 de febrero de un año atrás cuando Maxi Melessi, con 18 años, futbolista del club Deportivo Sacachispas, alumno de 3° año de una escuela del Bajo Flores, papá de una nena de 4 meses, murió bajo los disparos de un tiroteo, a metros del puesto de la gendarmería. O en diciembre 2014 Cinthia Ayala, de apenas 9 años, muerta por otros disparos que los prefectos de Tierra Amarilla, en la villa 21-24 podrían haber evitado. Pero no lo hicieron.

Esta vez no hubo muerte. Es cierto. Como sí la hubo aquel día de septiembre de 2013 en que Kevin Molina se escondió aterrado debajo de una mesada mientras a su alrededor se entrecruzaban más de un centenar de disparos en Villa Zavaleta.
O cuando Yiyo (Ariel Villa) en septiembre de 2014, al que acribillaron de 38 balazos en una historia que incluía chalecos antibalas, casquillos de 9 milímetros y de Winchester 40, paseaba en una motito. Un tipo de armas y de protección que lleva indefectiblemente a las fuerzas de seguridad.


“El Polaco” es un Schwarzenegger más en esta historia. Tiene apodo. Se permite gritar “¿Son todos guapos?” y junto a sus pares apuntan y arrasan. Tienen permiso para matar. Para herir. Para hundir sus garras entre los parias urbanos. Es uno más. Con o sin nombre. Integrante cruento de la condición humana. Con las manos siempre listas para ir dejando a su paso efectos colaterales. Los necesarios para etapas como las que Cacciatore, con una prolija lógica, denominó desaliento y luego erradicación para pasar finalmente a esa tan eufemísticamente nombrada como “Ordenamiento Social y Edilicio”.
“Sigamos así”, comunicó Bullrich y alentó con un abrazo a los gendarmes en el Hospital Churruca. No vio. No abrazó. No entró ni a la casas ni a ningún hospital donde visibilizar a los pibes y adultos de la murga. Allí donde la villa baila. Donde le pone –componente temible y peligroso- el cuerpo a la alegría y a la danza que esperanza y libera. Donde grandes y chicos se convierten en los auténticos reyes del ritmo al que los brazos armados del Estado buscarán denodadamente destronar.

Gendarmeria reprime a niños en Bajo Flores 29 1 2016


Sunitas y chiitas: el conflicto que tiene en vilo al mundo

Viejas rivalidades económicas y territoriales se superponen con la amenaza terrorista, en una espiral de violencia difícil de modificar

Por Lorena Oliva


Ilustración: Iker Ayestaran


Es cuestión de desandar la espiral de violencia que conmueve a Medio Oriente, una de las regiones menos pacíficas del planeta, para que el camino nos lleve hasta un acontecimiento religioso ocurrido en el año 632 de nuestra era. La muerte del profeta Mahoma, sin un claro sucesor, marcó el inicio de una rivalidad dentro del islam entre dos grandes corrientes-los chiitas y los sunitas- que se extiende hasta nuestros días.


Ilustración: Iker Ayestaran

La falta de acuerdo sobre quién sería el nuevo sucesor espiritual del Profeta acabó convirtiéndose en una grieta dentro del islam que fue profundizándose con el correr de los siglos. Y lo que nació como una confrontación de tipo religioso se fue transformando, con el paso del tiempo, en una disputa geopolítica tan compleja como peligrosa, así como también en la causa que muy a menudo agita el terrorismo para justificar su razón de ser.

Con más de 1500 millones de fieles, el islam es la religión oficial de muchísimos países, cuyas constituciones y fuentes jurídicas se basan o se inspiran en gran medida en el Corán. En este contexto, si bien ambas ramas tienen puntos de acuerdo -todos adhieren a los pilares básicos del islam-, una de sus diferencias es que para los chiitas el imán es intermediario entre Alá y la comunidad, y para los sunitas sólo dirige la oración y vela por la comunidad.

En consonancia con su superioridad numérica, los sunitas son mayoría en Arabia Saudita Afganistán, Pakistán, Jordania, Kuwait, Yemen, Emiratos Árabes Unidos, Egipto, Túnez, Qatar, Libia, Turquía y Siria; mientras que hay mayoría chiita en Irán, Azerbaijan, Bahréin, Irak y El Líbano. Basta mirar la multiplicidad de alianzas y enfrentamientos que hoy se dan entre éstas y otras naciones para detectar, con bastante frecuencia, conexiones con este enfrentamiento histórico. Sin embargo, no todo lo que allí acontece puede explicarlo el conflicto entre sunitas y chiitas. Es, en todo caso, un factor que se combina con otros, de tipo político, económico, territorial o estratégico.Se estima que los chiitas representan al 15% de los musulmanes, mientras que los sunitas comprenden el 85% restante, según el Pew Center Research. Más allá de las similitudes y diferencias entre ambas corrientes, es la pregnancia de lo religioso sobre lo político -un rasgo común entre ambas- lo que hace difícil separar lo sagrado de lo profano a la hora de analizar el alto nivel de conflictividad de la región.





Sin ir más lejos, la histórica rivalidad ideológica entre Arabia Saudita e Irán también se replica en el plano geopolítico. Ambos países cuentan con enormes recursos en materia de gas y petróleo, y el reciente levantamiento de las sanciones económicas contra Irán le devuelven su estatus de jugador de primera línea en el mercado mundial. ¿En qué medida la novedad será disparadora de nuevas tensiones entre ambos países? Difícil saberlo. Lo cierto es que no soplan vientos de paz. Basta recordar la reciente ejecución de un predicador chiita por parte de Arabia Saudita y la posterior quema de la embajada saudita en Teherán. Actualmente ambas naciones han roto sus relaciones diplomáticas.



"Es cierto que Irán y Arabia Saudita han intensificado sus rivalidades. No obstante, explicar todas las disputas geopolíticas contemporáneas remitiendo la comprensión a la diferenciación doctrinal sunitas vs. chiitas puede sonar didáctico pero es un tanto simplificador. Las cuestiones geopolíticas pueden coincidir con líneas divisorias de pertenencia identitaria a distintos modos de comprender la religión, pero su dinámica está marcada por procesos contemporáneos de alianzas, estrategias, influencias políticas y modos de construir el poder, como en cualquier arena de negociación o de tensión internacional", admite la investigadora del Conicet Silvia Montenegro.
Con ella coincide Javier Martín, delegado de la agencia de noticias EFE en el norte de África y autor del libro Estado Islámico, geopolítica del caos, publicado el año pasado, que ya va por su quinta edición: "Aunque tiene raíces religiosas, el actual conflicto entre chiitas y sunitas es esencialmente político. Tanto Irán, único Estado chiita del mundo, como Arabia Saudita, que se atribuye el liderazgo ideológico e incluso político del universo sunita, así como también los movimientos radicales como Al Qaeda y la organización yihadista Estado Islámico manipulan las diferentes sensibilidades sectarias para forzar y azuzar el conflicto en función de sus intereses políticos, económicos y geoestratégicos en la región."
Sin embargo, Federico Gaon, analista internacional especializado en islamismo y Medio Oriente, no desestima el rol que juega la fe en el tejido de alianzas y conflictos en la región. "Lo religioso juega un papel fundamental. Para los occidentales, esto es un concepto difícil de digerir por el simple hecho de que no estamos acostumbrados a que la religión tenga semejante peso en nuestros días, o por lo menos no en nuestras latitudes."



A pesar de la profusa cobertura mediática de los conflictos en Medio Oriente, así como el estupendo papel que han sabido jugar las redes sociales a la hora de sortear cualquier cerco informativo, la visión estereotipada que suele circular sobre la región permanece vigente.
"Los estereotipos son más fáciles de digerir que la complejidad y la diversidad de la realidad, y todas las regiones subdesarrolladas del globo padecen ese tipo de simplificaciones. Así, África es la región de las hambrunas, las enfermedades y las guerras civiles; Latinoamérica, de los narcos, el fútbol y los carnavales; y Medio Oriente, del terrorismo, el fanatismo y el atraso. Pero las raíces de estos prejuicios no son inocentes. En lo que respecta a Medio Oriente, la desinformación y la distorsión han sido sistemáticas desde tiempos del colonialismo europeo, que dividió al mundo en dos entidades imaginarias e irreconciliables: una avanzada y otra salvaje; una regida por los valores de la Ilustración, la otra por una 'religión violenta' llamada islam. Tras la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos tomó la posta que dejaron allí Francia y Gran Bretaña, y esas distorsiones no han hecho más que profundizarse, llegando a aplanar la historia en la burda ecuación 'democracia versus terrorismo'", considera la licenciada en comunicación Ana Prieto, también autora del libro Todo lo que necesitás saber sobre terrorismo (Paidós).
Pese a la miopía occidental, la violencia tiene efectos devastadores a nivel planetario, como bien pudimos comprobar con los recientes atentados en París. De acuerdo con el último informe del Institute for Economics and Peace (Instituto para la Economía y la Paz), un organismo no gubernamental que creó en 2008 el Índice Global de Paz, los principales actores de Medio Oriente se cuentan entre los doce países menos pacíficos del planeta. La organización, que releva a 162 países, también estima que el costo de la violencia global, fuertemente concentrada en esa zona, equivale al 13,4% del producto bruto mundial. En otro trabajo, el Índice Global sobre Terrorismo, se señala que, en 2014, Estado Islámico y Boko Haram habían sido los responsables del 51% de las muertes por terrorismo que, durante ese año, totalizaron unas 32.658, un 80% más que el año anterior.









Las principales organizaciones terroristas que operan en la región, como por ejemplo Estado Islámico, Al Qaeda (que se identifican con los elementos más militantes y radicales del sunismo) o Hezbollá (ligada a los chiitas) respaldan su accionar criminal en las enseñanzas del Corán, con una noción de yihad global que apela a una lucha armada en defensa del islam y en su conquista. Lo cierto es que, si bien la mayoría de los musulmanes adhieren a la yihad, existen serios matices interpretativos.
"La mayoría de los musulmanes adhieren al significado de yihad como esfuerzo, esforzarse en el camino de Dios, y rechazan la equiparación con la idea de "guerra santa" como un elemento de difamación mediática, construido por los medios occidentales, que funcionaría para producir una asociación instantánea entre islam y violencia. De hecho, muchos pensadores y líderes musulmanes no dejan de aclarar este aspecto ante los medios o escribir sobre el tema", puntualiza Montenegro.



"Otra es la concepción de los llamados grupos 'yihadistas', y su idea de yihad global -continúa la especialista-, que se consolida con la diáspora de combatientes que lucharon en Afganistán contra la invasión de la Unión Soviética en 1979. A partir de ahí surgen organizaciones (como Al Qaeda) o actualmente Estado Islámico, que apelan a la idea de yihad e instrumentalizan o son instrumentalizadas por determinados intereses. En ese contexto, y en la acepción que esos grupos le otorgan, se forja la idea del yihadista. Éste aparece como un combatiente de un ejército global que responde a un llamado y se moviliza a un territorio de origen distinto del suyo, donde se entiende que es necesario el combate o incluso actúa como cuentapropista para acciones que pueden, al modo de una franquicia, ser luego reivindicadas por organizaciones."
Pero, en cualquier caso, hay quienes creen que, más allá del fundamento ideológico de estas organizaciones, vale la pena mirarlas también como un reflejo de las contradicciones que se dan en nuestro mundo globalizado.
"Creo que, en el caso de Estado Islámico, se trata de una agrupación profundamente contemporánea: no sólo explota todas las herramientas digitales y comunicacionales a su alcance sino también porque es un hijo violento de las contradicciones de la globalización. La mayoría de sus jóvenes reclutas no están ahí por razones colectivas o religiosas (la devoción, si llega, llega después), sino para darles sentido a sus vidas, para canalizar sus propios impulsos violentos o para perseguir lo que les han vendido como una utopía. No hay que desestimar las motivaciones ni ambiciones personales de las personas que se unen a Estado Islámico", reflexiona Prieto.


Un poco de historia

La reinterpretación de los mandatos religiosos no es nueva en una religión que carga con siglos de fracturas. Basta recordar que fue la muerte de Mahoma la que enfrentó a la comunidad musulmana de entonces con el desafío de designar un sucesor. Para un sector (los luego llamados chiitas), el líder espiritual debía ser un descendiente directo del profeta, mientras que para el otro (representado por quienes después serían los sunitas) debía ser elegido por la comunidad y no necesariamente tenía que ser un descendiente directo del Profeta. La que se impuso fue esta última posición.
Tras aquella primera derrota, el chiismo, habiendo quedado en minoría y a los efectos de preservar sus formas frente a la mayoría, se abstendría de inmiscuirse en la búsqueda activa por el poder político. "Refugiándose en la creencia de que al final de cuentas todas las injusticias serían saldadas por la figura mesiánica del mahdi, 'el imán oculto', los chiitas encontraban consuelo espiritual a los agravios cometidos por el establecimiento sunita. Dicho sucintamente, había que esperar a la venida del redentor para poner las cosas en orden. Las circunstancias cambian en forma decisiva cuando se establece la dinastía safávida en 1501 en Irán. Con ella la mayoría de la población persa sería convertida al chiismo. Éste es un hito fundamental para entender lo que sucede hoy en día", explica Gaon.
Pero, si de hitos se trata, todas las fuentes consultadas concuerdan en señalar la Revolución islámica de 1979. "La Revolución islámica puede ser vista como la consagración del activismo político chiita. Representa la trasformación final del chiismo. De ser una corriente políticamente 'pasiva', resignada a su posición de inferioridad, pasó a ser un movimiento 'activo' en el plano político. Esto es algo insufrible para el establecimiento religioso sunita", agrega Gaon.





Con él coincide Khatchik DerGhougassian, doctor en Estudios Internacionales y profesor en la Universidad de San Andrés. "Históricamente los sunitas dominaron a partir de la dinastización del califato y por muchos siglos los chiitas fueron los perseguidos, los pasivos en la política, pues esperaban el regreso del último imán ocultado para establecer justicia en el mundo. Pero cuando con los fatímidas en Egipto, los safávidas en Irán y, sobre todo, con la emergencia de la República Islámica de Irán el chiismo llegó al poder, la controversia con los sunitas adquirió una dimensión geopolítica. A falta de secularización política en el islam, y mientras siga el conflicto en Medio Oriente, es muy difícil distinguir la pelea por el liderazgo de la comunidad musulmana de la lucha por el poder expresado en claves de razón estatal."



A la par de la Revolución iraní, se produjeron otros incidentes que despertaron los fuegos del radicalismo sunita. "Primero, la toma de la Gran Mezquita (Al-Masjid al-Haram) en La Meca por parte de extremistas adversos al de ya de por sí rígido y conservador régimen de los sauditas. Segundo, se produjo la invasión soviética de Afganistán, la cual inspiraría a miles de musulmanes de todo el mundo a librar una guerra santa, una yihad, contra el 'imperio ateo' invasor. La eventual derrota de los rusos daría paso a la creación de Al-Qaeda y a la usanza yihadista que estamos acostumbrados a ver en las noticias", agrega Gaon, quien compara la actual tensión entre Arabia Saudita e Irán tras el levantamiento de las sanciones con una debacle entre sunitas y chiitas que no tenía lugar desde la guerra entre Irak e Irán en los años ochenta.



Las perspectivas de paz en la región requieren de una serie de condiciones previas. "Mucho depende de la voluntad política y capacidad de cooperación de los actores regionales (Irán, Arabia Saudí y Turquía). En menor medida, de un acuerdo entre, por un lado, Estados Unidos y sus aliados europeos y, por el otro, Rusia. De hecho, este acuerdo existe pero no se puede implementar ni siquiera en el contexto de las negociaciones bajo el auspicio de la ONU entre el régimen de al-Asad y los opositores", aporta DerGhougassian.

Para Martín, en cambio, la paz sólo será posible siempre que se obligue a los actores regionales a cumplir con los derechos humanos y se trate con igual contundencia a todos los países. "Desde hace años, se ha denunciado el régimen dictatorial de Irán y sus prácticas mafiosas en la región, y debe seguir haciéndose dentro de la nueva era que se ha abierto tras el necesario acuerdo nuclear. Pero no se puede mantener el silencio y permitir que Arabia Saudita siga aplicando las mismas políticas mafiosas, violando los derechos de su pueblo y de los pueblos de la zona con impunidad. Igual que era necesario el retorno condicionado de Irán a la mesa de Oriente Medio por la influencia que tiene en muchos de los actores, es necesario frenar a Arabia Saudita para que el diálogo pueda funcionar."
Resolver la puja que dio origen a esta fractura es todavía mucho más complejo. Así lo cree Federico Gaon: "Estamos hablando de intereses irreconciliables, tanto religiosos como estratégicos. Es un juego de suma cero. Por ello, algunos comentaristas sugieren que la guerra es inevitable, y que sólo después de un conflicto decisorio como atroz, podrá alcanzarse, puertas adentro del islam, una solución religiosa que incite a darle al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios. Por lo menos esto fue lo que necesitó Europa para que, al cabo de pocos siglos y luego de un sangriento enfrentamiento entre católicos y protestantes, se consagrara el secularismo".

Carnaval, entre la condena y la reinvención

SIN TIEMPO. Diversas miradas para abordar un festejo enigmático, que persiste en la práctica contemporánea




"Con el carnaval me ocurre como a Borges con el infierno, cuando dijo que, al revés de los católicos, le interesaba pero no creía -dice Alejandro García Schnetzer, novelista argentino radicado en España desde 2001 y autor de tres novelas publicadas por Entropía-. Más que la fiesta y su exaltación, me atraen sus símbolos y convenciones: la máscara, la noche, la inconsciencia, la fuga de la razón y del tiempo. Su melancolía. Viví eso de chico en Brasil, en los carnavales de rúa de Paraty y de Ilha Grande; pero lo entendí recién con Bioy y cierta música que evoca al carnaval sin celebrarlo. Me sorprende su impronta en los viejos, que suelen referirlo con nostalgia casi unánime, y me extraña igualmente la contracara de la fiesta, sus fisuras de tristeza y realidad." Los carnavales figuran en Requena y en Andrade, y de nuevo en Quiroga, de 2015, transfigurados por un remoto antecedente dionisíaco. Schnetzer formula una genealogía literaria del carnaval porteño: "El de tiempos fundacionales, que describe José Wilde en sus Memorias; el de los umbrales del siglo XX, visto por Rubén Darío; y el de los clubes de barrio, que según el dictamen de los abuelos no tuvo igual y agotó sus posibilidades".

¿Transgresión limitada?

Desde hace unos años, la mirada social sobre el festejo del carnaval se halla en una situación "preartliana". En una de sus célebres aguafuertes para el diario El Mundo, Roberto Arlt reaccionaba frente a las críticas de la crónica costumbrista sobre ese festejo. Al parecer, según aquellos cronistas, la cultura local había barbarizado el carnaval. Mientras denostaban a la mersa bulliciosa, soñaban con bailes de máscaras y corsos venecianos, como si las calles de Boedo se hubieran podido transformar mágicamente en canales y las viviendas populares en palacios. "Voy a escribir para alacranear perfectamente, para sacarme la bilis que me baila en el hígado y en el píloro", advertía en las primeras líneas de "Fiestas de Carnaval".

¿Por qué la fuerza transgresora de un festejo popular que, por pocos días, ponía el mundo cabeza abajo y suspendía las jerarquías sociales perdió vigor? Las jerarquías prevalecen; sin embargo, el carnaval sólo perdura en consignas cómicas, murgas o shows a los que se puede asistir con ticket en mano. "El carnaval sólo puede existir como una transgresión autorizada", escribía en 1999 Umberto Eco para mitigar las consignas de Mijail Bajtin, cuya obra sobre François Rabelais y la cultura popular medieval fue clave para una nueva mirada sobre un viejo ritual. "Si bien el carnaval antiguo religioso estaba limitado en el tiempo, el carnaval moderno multitudinario está limitado en el espacio: está reservado a ciertos lugares, ciertas calles, o enmarcado en la pantalla de televisión", señala Eco con ironía.
"Desde mediados de los años 60, la literatura y el arte latinoamericanos empezaron a ser interpretados, a partir de la lectura que hizo Julia Kristeva de Bajtin, con las lentes de la carnavalización literaria -dice Mario Castells, autor de la novela corta El mosto y la queresa y del libro de crónicas Trópico de Villa Diego (EMR)?. Con Gilda de Mello e Souza y su lectura de Macunaíma, el concepto se convirtió en un recurso que la crítica no ha parado de usar, y eso de que lo carnavalesco se aparta de la tradición y el desarrollo cultural dominante en una sociedad, para burlarse de las instituciones y estructuras que esta cultura propone, ha sido uno de los conjuros que han hallado esos sectores de la intelligentsia para aplacar otras lecturas políticas de la novela y pasivizar lo revulsivo del humor popular." De esas lecturas aplacadas, Castells rescata la cultura africana en América. "La referencia al negro estalla en el inconsciente colectivo en momentos de festividad y teatralidad burlesca. Los kambaraangáes, disfrazados de negros, con trapos y ropas viejas, a veces con vestidos femeninos y el rostro cubierto con una máscara, en la representación de una especie teatral semejante a los autos sacramentales del Medioevo, son esos agentes del pueblo que tienen vía libre para acometer contra el statu quo, el comisario, la catequista, el intendente y las autoridades con la invectiva que les otorga el humor."


En 2011, la antropóloga Alicia Martín, docente e investigadora de la UBA, publicó Fiesta en la calle. Carnaval, murgas e identidad en Buenos Aires (Colihue)Allí estudia el lazo entre el retorno de la democracia en los años 80 y la organización de los vecinos en murgas. Ella acerca otra posición sobre el carnaval: "Detrás de eso se movían valores y estructuras organizativas informales muy interesantes y poderosas, grupos autogestivos que se asentaban en redes barriales territoriales y familiares". Martín considera que el carnaval porteño y la murga son espacios de resistencia.
Ricardo Talento dirige el Circuito Cultural Barracas y es uno de los fundadores del Grupo Catalinas Sur, que impulsó el desarrollo del teatro comunitario en la Argentina. "El carnaval es parte de la teatralidad humana. El teatro comunitario recupera su esencia, sus lenguajes, y esa vocación de encuentro, comunicación y transgresión." Las temáticas surgen de la territorialidad y se construyen con el aporte de los integrantes. "Además de crear una profunda empatía con el espectador, legitima lo abordado, ya que es parte de la voz del barrio. En la obra Barracas al fondo se habla con ironía de la exclusión y la xenofobia de los sectores medios hacia las nuevas inmigraciones; eso adquiere legitimidad porque es el mismo barrio que vive el tema el que le da valor poético y lo transmite."
"Siempre intuí que la función del carnaval, más bien festiva, no era sólo la de ser una zona indefinida entre los arcanos rituales y la razón. Su fuerza está en ser una zona donde el hombre es, nada más", comenta Nicolás Correa, investigador y autor de ÍncuboSúcubo, novelas de terror ambientadas en el conurbano bonaerense. En sus ficciones el carnaval aparece como una fuerza ambigua. "El carnaval le da a la escritura la posibilidad de fugarse de sí y, a la vez, de ser pura potencia poética. En mi caso, los carnavales son amargos, más parecidos a procesiones trágicas donde exponer, como en la Pasión, el drama personal o el colectivo, el cielo propio al alcance de la mano, hecho de carne y barro." La narradora Liliana Bodoc, autora de la novela Presagio de carnaval, dice: "El carnaval es una interrupción del orden establecido, un espacio-tiempo liberado que nos permite desordenar los paradigmas. Disputado por la tradición católica y la pagana, tironeado desde su etimología, el carnaval no tiene dueños. Y si acaso lo tuviera, serían los demonios". Para Bodoc, el carnaval desata una fiebre de control: "Pero por mucho que nos esforcemos en ponerle riendas, el carnaval es una fiesta desmadrada, caliente, habitada por seres ambiguos". Por último, quien imagina una relación vital y nómada con el carnaval como universal de la cultura es la autora deDiario de máscaras (Capital Intelectual), la escritora Luisa Valenzuela: "El carnaval es un tiempo de transformaciones y transgresiones. De tirar todo por la borda y saber que en esos días fastos podemos llegar a ser quienes siempre quisimos. ¡Carne vale! Después vendrán los cuarenta días de ayuno. Pero por ahora la cocinera será reina y el ladrón, una piadosa monjita. Al menos allí donde quienes tienen la manija (Iglesia o Gobierno) entienden que el desahogo estacional es imprescindible para mantener la armonía. Río de Janeiro, Venecia, Niza, Nueva Orleans, Oruro... Y yo ¿iré a festejar con las alegres murgas en los barrios? ¿O vuelo a Tartagal y encaro la canícula junto a los chané que celebrarán su pin-pin o areté guazú mientras dure al chicha? Los chané saben que las máscaras bailadas absorben el mal, por eso después las queman. El fuego purificador forma parte del carnaval. Es decir, de la vida".